Vie. Nov 22nd, 2024

Cada año, unas 65 millones de personas en todo el mundo, la mayoría niños y ancianos, se contagian del virus respiratorio sincitial (VRS). Es la mayor causa de infecciones durante la niñez y aun así no hay una vacuna para prevenirlo.

vacuna de oroEsta situación podría cambiar con el oro. Científicos en Estados Unidos desarrollaron un método de vacunación que utiliza nanopartículas de este metal para imitar el virus y llevar proteínas específicas a las células del sistema inmune del cuerpo.

Esta técnica, publicada en la revista Nanotechnology, se diferencia del enfoque tradicional de usar virus muertos o inactivos como vacuna.

Lo que hizo el equipo de investigadores fue utilizar una proteína de la superficie del virus, que es lo que le permite al sistema inmune reconocerlo, y la transfirieron a la superficie de la partícula de oro.

«Así el cuerpo piensa que ha visto a un virus o algo parecido a un virus, aunque en este caso las partículas no pueden crecer como los virus», señala Crowe, pediatra y especialista en virología de la Universidad Vanderbilt en Tennessee, Estados Unidos.

Intentos fallidos

Hasta ahora, las vacunas más prometedoras se han hecho con virus débiles, que están vivos, y que en algunos casos causan problemas a las personas asmáticas o con un sistema inmune débil.

«Nuestra vacuna experimental no crece porque se trata de partículas inanimadas. Esto nos permite controlar exactamente cuánta proteína del virus se libera», aclara el experto.

Según el científico, no se espera que esta vacuna cause problemas debido a que no crece.

En el laboratorio, los investigadores pusieron a interactuar la vacuna con células humanas de personas sanas, lo que les permitió ver cómo este nuevo método estimulaba las células inmunes en la sangre.

«El siguiente paso será usar estas partículas como vacuna en animales», agrega Crowe.

VRS es la causa más común de neumonía y jadeo en niños de todo el mundo. En muchos países, incluyendo Estados Unidos, es la causa más común de hospitalizaciones en niños.

Objetivo cuesta arriba

Si bien conseguir una vacuna para este virus es una de las prioridades de la Organización Mundial de la Salud, la tarea ha probado ser dispendiosa.

Una de las razones se debe a que la mayoría de los casos son hospitalizaciones de bebés de seis semanas de nacidos. «Así que necesitamos una vacuna que funcione al nacer», explica Crowe.

«Y este es un período muy difícil para inmunizar a los bebés de una forma segura, debido a que su sistema inmune es todavía muy inmaduro».

El especialista considera que este método se podría aplicar para la elaboración de vacunas de casi cualquier virus.

«Estas partículas (de oro) son del tamaño correcto para la mayoría de virus comunes que infectan a humanos e incluso a animales».

La técnica de colocar proteínas en partículas es increíblemente compleja. Estos investigadores de EE.UU. sabían que el oro era uno de los metales que por lo general no eran tóxicos al cuerpo. Ya se usa en otros tratamientos para algunos tipos de artritis y trastornos reumatoides.

Pero crear las partículas de una forma que les permitiera interactuar con un sistema biológico fue otra historia.

«Para prepararla del tamaño y forma exacta y asegurarnos de que no se peguen en los conglomerados de los agregados requirió de años de trabajo del químico para que pudiera fabricar las partículas», cuenta el experto.

Se trato de una idea sencilla pero de una complejidad tremenda para su ejecución.

Fuente: BBC Mundo

Por kochoa