Corta un pollo en presas y retíra la piel. Licúa dos tazas de aceite, dos tazas de vino blanco, un pimiento rojo, una cebolla paiteña, cinco dientes de ajo, una cucharadita de orégano, sal y pimienta al gusto. Coloca el pollo en un molde y cúbrelo con la mezcla. Deja reposar media hora. Pincha el pollo con un tenedor para que absorba mejor el adobo. Mientras tanto precalienta el horno a 200 grados. Introduce el molde y deja 50 minutos. De vez en cuando, dale la vuelta al pollo, para que se cocine por ambos lados.