Las cicatrices son aquellas marcas que quedan después de una herida, quemaduras, el acné y algunas enfermedades cutáneas. Se definen como una alternación permanente de la apariencia de la piel, después de un daño y reparación colagenosa de ésta. La miel, la pulpa de aloe vera o zábila, el aceite de ricino y la manteca de coco son sustancias que pueden aplicarse directamente sobre la zona afectada y que mejoran la apariencia de la cicatriz, hasta tal punto que no es fácil identificar dónde estaba, pero eso sí, la aplicación debe ser diaria y constante. En el caso del aloe vera, existe una cataplasma muy buena para borrar cicatrices y cuyos ingredientes son 1 limón, 2 cucharadas de leche y pulpa de aloe vera. Se prepara exprimiendo el zumo de cinco limones, mezclando con media taza de leche. Se unta con la mezcla, la zona manchada y, cuando se seque, aplica la pulpa del aloe vera y cubriéndola con una gasa o tirita. Se deja actuar toda la noche y, a la mañana siguiente, aplica crema solar para hidratar.
