1. Machacar un diente de ajo crudo y luego mezclarlo con aceite de ricino. Aplicar la masa resultante, a través de masajes, sobre la zona afectada.
2. Hervir siete hojas de romero en agua caliente por 10 minutos y luego aplicar a diario paños empapados con esta preparación en las articulaciones donde se sienta más dolor.
3. Aplica barro o arcilla sobre el área afectada. Retirar con agua tibia cuando el producto esté seco. Repite tres veces al día. Notarás el cambio.