Vie. Nov 22nd, 2024

23 sep (EFE).- La campaña que cumplen en la actual Copa Sudamericana los ecuatorianos Barcelona, Emelec, Deportivo Quito y Liga de Loja busca emular el éxito alcanzado en los últimos años por la selección del país, que va con paso firme por su tercera clasificación a un Mundial de fútbol.

Si bien es la primera ocasión en que cuatro de cuatro clubes locales han accedido a los octavos de final de la Copa Sudamericana, ya hubo otro cuadro, Liga de Quito, que en los últimos cinco años rompió los esquemas y alcanzó los títulos de la Copa Libertadores, Sudamericana y Recopa Sudamericana.

Liga de Quito salió al frente de los clubes ecuatorianos para terminar de sepultar las dudas sobre el progreso del fútbol nacional y la idea de que éste no estaba preparado para alcanzar hazañas continentales.

Sin embargo, fue la selección la que comenzó a triturar la desesperanza y el tradicional escepticismo en Ecuador con sus clasificaciones para los mundiales de Corea del Sur y Japón 2002 y de Alemania 2006.

Entretanto, las grandes actuaciones de Antonio Valencia con el Manchester United consolidaron y posicionaron a la figura del futbolista ecuatoriano en el orbe internacional, que comenzó a abrirse paso en los años sesenta con las destacadas participaciones del fallecido Alberto Spencer, máximo goleador de todos los tiempos de la Copa Libertadores.

Los otrora «ídolos» de la afición ecuatoriana como Roberto Carlos, Ronaldinho, Diego Maradona, por citar a tres sobresalientes del pasado, fueron reemplazados por varias figuras locales.

En esa situación quedó, por ejemplo, Agustín Delgado, máximo goleador con la camiseta de Ecuador; Iván Kaviedes, goleador mundial con 42 tantos en el año 1998 con Emelec; Alex Aguinaga, figura en México con el Necaxa, y otros ilustres criollos.

Y si de juveniles se trata, allí entran Renato Ibarra (Vitesse holandés), Juan Cazares (River Plate argentino) y Jefferson Montero (Monarcas Morelia mexicano)

Todos ellos rompieron paradigmas, llevaron a creer al futbolista ecuatoriano en su potencial y por eso la mayoría de los jugadores de hoy han decidido soñar y trabajar para alcanzar el éxito.

En la actualidad, el jugador nacional se siente con el mismo derecho que cualquier otro colega del planeta y, en el país, tampoco importa si surge o no de los dos tradicionales polos: Quito o Guayaquil.

Loja, Cuenca, Riobamba, Ambato, Manta, entre otras plazas, también se han abierto paso en los titulares de la prensa porque sus equipos han hecho hazañas con un mismo objetivo: triunfar.

Los «guambras» (jóvenes en quichua) dan guerra a los profesionales hasta ganar un puesto en los equipos, prueba de ello, la presencia de Johnny Uchuari abriendo el camino del reciente e histórico triunfo por 1-2 de Liga de Loja sobre Nacional, en Uruguay; de Edy Corozo en el Emelec; de Bryan De la Torre de Barcelona.

Tampoco el fútbol ecuatoriano ha escapado a los problemas, sobre todo económicos.

Por ejemplo, el caso del Deportivo Quito, campeón reinante (2011) y colista a la vez en el torneo actual, cuyos directivos tratan de sostenerlo, presionados constantemente por la agencia de recaudación tributaria del Estado.

También arrastra déficit económico el guayaquileño Barcelona. La administración actual, que comanda Antonio Noboa, aún no termina una auditoría interna para encontrar cuál es el monto real de las deudas del equipo.

La mayoría de los inconvenientes que afrontan muchos clubes fueron heredados de otras administraciones, especialmente por deudas a exjugadores o exentrenadores.

Cosas del fútbol. EFE

Por ccarrera