Rubia, morena o pelirroja, cada estilo tiene su encanto. Aquí te ofrecemos unas cuantas ideas que te ayudarán a elegir el color que mejor resalte tu belleza.
¿Cuál es tu tono base?
El color natural de cabello lo determinas observando sólo las raíces. No te guíes por la tonalidad de las puntas, éstas son más claras por el fenómeno natural de oxidación del cabello.
Recuerda que el tono base de tu cabello es el que determina el color final, que quedará después de la coloración.
Opciones según el color de tu piel
Piel clara y cabello rubio claro:
Opta por los rubios, del ceniza al platino. Olvida los dorados intensos, que pueden ser muy agresivos.
Piel rosada y cabello castaño claro:
Elige los marrones cálidos y cobrizos que disminuyen el rosa de las mejillas. No utilices tonos demasiado claros, que matan por completo el color de tu piel.
Piel trigueña y cabello negro:
Los castaños o los reflejos vivos como caoba, chocolate y ciruela son para tí. No uses cobrizos dorados o anaranjados, que no realzan el color de tu piel.
Recomendaciones:
Antes de aplicar cualquier coloración, hazte una prueba de alergia, sobre todo, si sabes que eres propensa a estas.
Si tienes el pelo largo compra dos cajas de tinte. Así evitas quedar incompleta o manchada.
Para una tinturación permanente, espera al menos 48 horas, después de la última lavada. El sebo tiene un efecto protector sobre el cabello y el cuero cabelludo.
Para una coloración de tono sobre tono, es decir cambiar de color de tinte, puedes trabajar con el cabello limpio.
Antes de comenzar, colócate una camiseta vieja, los guantes de protección y sigue las instrucciones del modo de empleo.
Respeta el tiempo de aplicación y enjuágate el cabello hasta que el agua quede clara. Luego lleva a cabo la fase cuidado o tratamiento.
Es recomendable realizar una coloración, máximo una vez al mes, de lo contrario maltratarás a tu cabellera.
Si necesitas hacerte una decoloración, es mejor que acudas a las manos de un profesional.