Carmen Cabezas, es una compatriota que intentó reunirse con su esposo que vive en Italia, pero no logró su objetivo, ya que su labor de madre y esposa, no concordaban con el ritmo de vida, que aquel país exige.
«Carlos Zambrano, mi esposo se fue a Italia hace casi 7 años. Siempre fue nuestro sueño reunirnos allá para organizar nuestra vida.
Él se esforzó mucho, para consguir un departamento para recibirnos a mi hija y a mí.Cuando todo estuvo listo, armé maletas y nos fuimos.
Italia es un país muy bonito, pero para vivir ahí se necesita mucho dinero. Los arriendos son caros, la comida es costosa y la gente es egoísta. Por eso entendí que no podía ser una carga para mi marido y busqué empleo.
Antes de viajar, trabajaba en una empresa de encuestas, pero en Italia, lo único que conseguí, fue un empleo limpiando una casa. El cambio fue muy brusco, pues no me agradaba la idea de servir a otros, pero me hice al dolor y continué con mi vida.
El trabajo me demandaba mucho tiempo y eso me impedía cuidar bien a mi hija Dana, quien se enfermó gravementente. Lógicamente, tuve que que dejar mi empleo.
Cuando mi niña se recuperó, volví al Ecuador. Prefiero estar lejos de mi marido y ganar poco, antes que arriesgar el bienestar de mi guagua.
Carlos viene cada año y no nos deja solas. Ahora tenemos otra hija que se llama Sabine. Las tres lo extrañamos mucho y quisieramos estar a su lado, pero sabemos que por el momento es muy difícil.
Él también nos extraña, por eso dentro de un año, va a regresar definitivamente. Por fin seremos una familia feliz y unida.
Por el momento, quiero recordarle que lo amo y que sus dos hijas y yo, lo estamos esperando».
Seguro que el separarse tiene sus pro y contras pero hay que pensar siempre en esos momentos llenos de satisfaccion. Pienso que hay manera de estar conectados, con esto de la tecnologia facilita mucho la comunicacion.