Cada 21 de noviembre se conmemora la fecha en la que la Organización de Naciones Unidas aprobó la declaración de los Derechos del Niño 1959 y la convención sobre los Derechos del niño en 1989, con el propósito de velar por el bienestar de los infantes en todo el mundo.
DECLARACIÓN DE LOS DERECHOS DE LOS NIÑOS
Estos derechos se basan en cuatro principios fundamentales: la no discriminación; el interés superior del niño como consideración primordial en los asuntos que les afectan; los derechos a la vida, la supervivencia y el desarrollo; y el respeto por las opiniones de los niños.
Según la Unicef, la Convención destaca la obligación de los gobiernos de hacer todo lo posible para lograr que se cumplan estos derechos, y reconoce la función especial de los padres y madres en la crianza de sus hijos. Sin embargo, también reconoce que los derechos están muy lejos de ser garantizados.
“Es inaceptable que los niños sigan muriendo por causas que se pueden evitar, como la neumonía, el paludismo, el sarampión y la desnutrición (…) Muchos de los niños del mundo no verán el interior del aula de una escuela, y millones carecen de protección contra la violencia, el abuso, la explotación, la discriminación y el abandono”, dijo Ann Veneman, directora ejecutiva de la Unicef, en la última convención.
ECUADOR Y LOS DERECHOS DE LOS NIÑOS
Esta convención es respaldada por 193 países, donde deciden comprometerse con el conjunto de derechos que articula el tratado internacional de la convención, tales como el derecho a una identidad, a un nombre y una nacionalidad, el derecho a la educación, y los derechos a disfrutar del mayor nivel posible de salud y a recibir protección contra el abuso y la explotación.
Fuente: Venelogía