Manila, 17 nov (EFE).- Las autoridades de Filipinas elevaron hoy a 3.681 el número de muertos a causa del tifón Haiyan, mientras la ayuda comienza a llegar a las áreas más remotas asoladas por el desastre en las provincias centrales del archipiélago. Naciones Unidas, que estimó el viernes pasado que hay 4.460 fallecidos por el tifón, y el Gobierno filipino prevén que el número de víctimas ascienda en los próximos días cuando se retiren los cadáveres de entre los escombros y las casas derruidas. Según el último informe del Consejo Nacional de Gestión Reducción de Riesgo de Desastres, hay más de 10 millones de damnificados, mientras que el número de heridos asciende a 12.544 y el de desaparecidos a 1.186 tras el tifón, que golpeó el pasado 8 de noviembre. Más de 3,9 millones de personas fueron desplazadas por el Haiyan, de las que sólo 348.870 se encuentran en centros de evacuación, al tiempo que las casas destruidas fueron 543.127, principalmente en las islas de Leyte y Samar. En la ciudad de Tacloban (Leyte), una de las más afectadas, el concejal Tecson John Lim indicó que se han recuperado hasta el momento 802 cadáveres, de los que 535 han sido depositados en bolsas y 392 están enterrados en una fosa común. Con la llegada de la ayuda internacional los últimos días, incluido el portaaviones estadounidense George Washington, las víctimas han empezado a recibir suministros y atención médica en medio de la devastación del desastre. Médicos sin Fronteras (MSF) señaló en un comunicado que más de 100 profesionales colaboran con los médicos y enfermeras locales en tratar a cientos de supervivientes con heridas e infecciones en Tacloban y Guiuan (Samar). «En Guiuan, todos los tejados fueron arrancados en una ciudad de 45.000 habitantes. La mitad del hospital fue destruido, sin techo, sin equipos electrónicos, etc», afirmó Natasha Reyes, coordinadora de MSF en Filipinas. Las prioridades de la ONG es también tratar el tétanos y evitar epidemias. Según las autoridades locales, hay más de 22.000 personas asistiendo en las tareas de emergencia, apoyados por 1.200 vehículos, 77 barcos y 110 aviones y helicópteros. Debido a la devastación del tifón, las agencias del Gobierno y ONG han tardado varios días en llevar la ayuda a gran parte de los supervivientes, aislados en áreas remotas donde las carreteras habían quedado cortadas con escombros. El coste de los daños se sitúa en más de 10.300 millones de pesos (unos 236 millones de dólares o 175 millones de euros) y más de 155.000 hectáreas de cultivo han quedado dañadas. El Gobierno filipino está trabajando para restablecer la electricidad y la cobertura telefónicas en las áreas afectadas, patrulladas por centenares de policías y soldados para evitar saqueos y mantener la seguridad tras el caos inicial. Siete españoles, cuatro residentes en el país y tres turistas, continúan sin ser localizados. Las autoridades españolas insisten en que esta cifra es provisional, dado que las comunicaciones continúan interrumpidas en partes del país lo que dificulta su localización, y en que sigue sin haber constancia de españoles fallecidos o heridos en la catástrofe, Cuando su país no se había recuperado del terremoto del 15 de octubre, la región central de Filipinas fue golpeada por el tifón Haiyan, bautizado localmente como Yolanda, que alcanzó vientos de hasta 315 kilómetros por hora. Haiyan se ha convertido en el tercer desastre natural más mortífero en la historia reciente de Filipinas, tras el tsunami que causó entre 5.000 y 8.000 muertos en 1976 y la tormenta tropical Thelma, que provoco 5.100 fallecidos en 1991. La deforestación, la proliferación de yacimientos mineros ilegales, la escasez de infraestructuras y el chabolismo incrementan los efectos devastadores de los tifones y las inundaciones que afectan al archipiélago durante la época del monzón.