De acuerdo con información recogida por un prestigioso medio de comunicación, la Relatoría Especial sobre Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) contabilizó en 2008, en Ecuador, 12 ataques a la libertad de prensa y una veintena en 2009, entre los que destacan declaraciones de autoridades contra la prensa.
Una prensa libre, refleja la transparencia de un sistema que no tiene nada que temer.
Estar informado es un derecho de todo ser humano. Los comunicadores no pueden ir por la vida pisando un camino empedrado, que les lleve a ser víctimas de represalias por expresar su opinión y por denunciar los actos de corrupción.
No está mal difundir un hecho deshonesto. El pecado está en protagonizarlo o en ser cómplice de un acto que afecta a la sociedad.
Callar, es complicidad. Por esta razón, los periodistas tenemos el deber de denunciar la corrupción, para no convertirnos en alcahuetes de aquellos indignos actos.