Jue. Sep 19th, 2024

La sal quiteña no se queda quieta y hace referencia a la ‘sobre población’ extranjera que se asienta en Ecuador. Una graciosa historia que circula en internet dice más o menos así:

Un ciudadano iraní camina por La Mariscal y se acerca a un transeúnte. Le agradece por permitirle estar en Ecuador donde tiene residencia, alimentación y otras ventajas. El receptor del saludo, sonrió y respondió: lo siento, pero yo soy boliviano. El iraní continuó el camino y habló con otro hombre a quien también agradeció por la hospitalidad de los ecuatorianos. En este caso el interlocutor resultó ser venezolano. Así recorrió la zona sin encontrar a un ciudadano ecuatoriano, hasta que finalmente le preguntó a una cubana: ¿Dónde están los ecuatorianos?

Ella respondió: Caballero, están trabajando para pagar impuestos y mantener al país.

Pese al buen sentido del humor de los ecuatorianos, la realidad, verdaderamente es preocupante. Este no es un país con una economía fuerte, que pueda dar empleo a tantos migrantes. De hecho, la oferta laboral no abastece, ni la demanda de los propios ecuatorianos.

Por adm