El reflejo de malas noches o de no dormir las 8 horas diarias podría verse reflejado en su balanza la próxima vez que se pese.
Las revistas Pediatrics y la inglesa The Lancet publicaron una serie de estudios que comprueban la relación que existe entre dormir mal y ganar peso.
Los autores detectaron evidencia física de lo que ocurre por cada hora que no descansa. Lo primero que se origina un desorden hormonal, la consecuencia se da en que rápidamente usted va a desarrollar una sensación mayor de hambre, como si no hubiera comido hace varias horas.
Lo siguiente que ocurre es una alteración en la conducta. Si usted no descansa seguro recordará el mal genio que siente por no poder conciliar el sueño.
Eso no es casualidad, es una señal del cerebro de que los procesos que ocurren mientras dormimos se ven alterados.
El tercer descubrimiento de esta investigación está relacionado al cansancio que muestra la persona que no durmió bien. Las consecuencias se ven en la disminución progresiva en la actividad física.
La falta de actividad física ayuda al desarrollo de enfermedades como la obesidad, la diabetes e hipertensión.
La revista Pediatrics publicó un estudio de la Universidad de Michigan, en el que se detectó la misma relación en niños que duermen mal y ganan peso. Los investigadores revelan que “los que dormían menos de nueve horas cada noche tenían más riesgos de volverse obesos, independientemente de su etnia, sexo, clase social o calidad del ambiente familiar”.
Por cada hora adicional de sueño a los 8 años, los riesgos de obesidad disminuían 40% cuando el niño cumplía 12 años.