Tras el derrame de crudo en el sector de El Reventador, lo que menos preocupa a los ecuatorianos es la reparación del tubo donde se moviliza las reservas petroleras del país, lo que a todos nos mantiene en vilo es la remediación ambiental que debe ser tratada como urgente por los responsables gubernamentales.
Miles de peces, plantas propias del sector y gran variedad de animales sufren las consecuencias de este derrame, que deja tras su paso una sombra de muerte.
La tierra absorve este negro químico y se convierte en infertil tras la mirada de decenas de técnicos que tratan a como de lugar de recoger un mínimo de lo que se derramó.
La misión es dejar ante los ojos de la sociedad ecuatoriana que existen medidas eficaces para tratar de remediar este tipo de hechos.