El derrame de crudo ocurrido el viernes pasado, en el kilómetro 82 de la vía Quito-Lago Agrio, sector El Reventador, afecta a los pobladores de la región y al ecosistema del lugar.
Según el director de Gestión de Riesgos del Municipio de Puerto Francisco de Orellana, solo en el río Coca, la mancha ocasionada por el crudo tiene 60 kilómetros de longitud; pero se calcula que en total llegue los 240, señaló.
La rotura del Sistema de Oleoducto Transecuatoriano (SOTE ) fue de al menos 140 metros de tubería que transportaba el crudo. Este accidente ocasionó, según los primeros datos oficiales, el derrame de 10 mil de los 360 mil barriles de petróleo. La contaminación de los ríos fue veloz y hasta ahora, irremediable.
Hasta el momento ya se evidencian peces muertos. De igual manera los habitantes de la región no poseen agua, pues varios de ellos obtienen el líquido vital directo del río.
Según el Ministerio del Ambiente los trabajos de remediación ya empezaron, mientras Petroecuador señaló que continúan las labores de contención y recuperación del crudo derramado. Más de 200 barriles se han recuperado, aún falta la gran mayoría.