La llamada Hora del Planeta comenzó el sábado a dar la vuelta al mundo, empezando por Oceanía. En contra del cambio climático.
El primer país fue Samoa, y detrás de él, el resto de naciones de Asia, Europa, África y América se sucedieron para quedarse a oscuras hasta finalizar la jornada del 23 de marzo en las Islas Cook.
La iniciativa, promovida por el Fondo Mundial para la Naturaleza WWF, llegó a Sidney, donde nació, a las 20.30 hora local (09h30 GMT) con un apagón en edificios tan conocidos como la Casa de la Ópera y el Puente del Puerto.
En Nueva Delhi, edificios monumentos como el Fuerte Rojo o la Tumba de Humayun, quedaron a oscuras a las 20.30 hora local (15.30 GMT), y en Bombay la convocatoria tuvo más lustre, pues recibió el apoyo de estrellas de Bollywood.
Por quinto año consecutivo, las grandes ciudades chinas se unieron apagando las luces de la Gran Muralla, los edificios coloniales del centro de Shanghái y otros monumentos.
Este año, los actos coincidieron con un aumento de la concienciación ciudadana sobre la necesidad de mejorar la situación medioambiental, después de que en Pekín se registraran índices récord de contaminación atmosférica.
En la macroiluminada capital de Japón se apagaron durante una hora la Torre de Tokio, mientras que al pie de este monumento se dispuso una instalación del colectivo Mirrorbowler, formado por diseñadores, fotógrafos e ingenieros.
En Europa, Francia se sumó con 105 ciudades. Con sus monumentos más emblemáticos a oscuras, encendido de velas y también de osos pandas con energías limpias, más de 200 ciudades de España respaldaron la iniciativa planetaria.
Pese a la noche gélida en Berlín decenas de personas acudieron a ver en directo el apagón de la Puerta de Brandeburgo. En Madrid, una de las acciones centrales de la jornada tuvo lugar frente al Palacio Real.
En Italia, edificios, sedes de instituciones públicas y privadas entre otros, se sumaron y entre los monumentos más emblemáticos que se quedaron a oscuras el Coliseo de Roma.
Palestina, Túnez, Galápagos, Surinam, La Guyana Francesa, Santa Elena y Ruanda participan por primera vez. Las principales novedades de esta edición han sido la adhesión del Kremlin y la Plaza Roja de Moscú, así como el Vaticano, tras el nombramiento del nuevo Papa Francisco.
En Nueva York se quedaron a oscuras el emblemático Empire State Building y la sede de Naciones Unidas.
El Caesar’s Palace en Las Vegas (Nevada) o la Catedral Nacional de Washington apagaron sus luces a la hora convenida. Todos estos actos se repitieron en numerosas ciudades y capitales de América Latina, como en Buenos Aires o Santiago de Chile.