Vie. Nov 22nd, 2024

2 nov (EFE).- Los cementerios latinoamericanos se colmaron hoy de personas por el Día de Difuntos, una fecha que en países como México o Bolivia es un motivo de fiesta más que de dolor y se celebra con banquetes y música alrededor de las tumbas.

La Iglesia católica manda recordar y honrar con oraciones a los difuntos el 2 de noviembre, pero además los mexicanos y algunos centroamericanos les agasajan con comida, bebida y música, pues según creencias prehispánicas este día los muertos regresan del más allá para disfrutar de la compañía de sus seres queridos y los placeres terrenales.

Además en México se acostumbra a armar los famosos Altares de Muertos, con objetos y fotos del finado, adornos de vivos colores y símbolos de la muerte, a veces comestibles como las calaveras de azúcar, entre otras ofrendas.

Las embajadas de México suelen levantar altares en capitales de otros países para dar a conocer esta costumbre. Este año la embajada en Buenos Aires dedicó el suyo, armado en un Museo porteño, a dos insignes mexicanos fallecidos este año, el escritor Carlos Fuentes y la cantante Chavela Vargas, así como a los argentinos Carlos Loiseau «Caloi», dibujante, y Astor Piazzolla, músico.

En otros países de la región también hay costumbres similares, como en Nicaragua, donde se suele comer buñuelos y sopa borracha al pie de las tumbas de los seres queridos, también a veces al son de la música, o en Bolivia y Ecuador, donde se arman grandes banquetes para vivos y muertos en las casas o los camposantos.

Lo más común en la región sigue siendo, sin embargo, dedicar el día para limpiar, pintar y adornar con flores las tumbas, a pesar de que la práctica de la cremación como alternativa más económica que la inhumación también se está imponiendo en América Latina.

En Sao Paulo, la mayor ciudad de Brasil, se espera que más de 1,8 millones de personas visiten hoy los 22 cementerios municipales, mientras que en Río de Janeiro la cifra es aun mayor: 2,3 millones de personas.

Hoy fue festivo en Chile, Bolivia, México, Ecuador, El Salvador, Brasil y Uruguay para que todas las personas pudieran honrar a sus muertos, pero además en Panamá, Nicaragua y Honduras los empleados públicos solo trabajaron media jornada y la otra media acudieron a los cementerios.

En Honduras, este día, aparte de ser motivo de celebración, le deja ingresos económicos a muchas familias pobres que ofrecen servicios de limpieza de sepulturas, pintura de lápidas y mausoleos; reparaciones de estructuras metálicas y cruces; flores y coronas, entre otros.

Los guatemaltecos no solo llevan flores a los Difuntos, sino un plato especial elaborado con verduras, carnes, quesos, embutidos, encurtidos y mariscos, que se come frío y sobre las tumbas.

En la localidad de Tonacatepeque, en El Salvador, unos 16 kilómetros al norte de la capital, los vivos, que en este caso prefieren lo dulce a lo salado, van de casa en casa con los rostros pintados o enmascarados y bailando pidiendo ayote (calabaza) en miel.

Los ecuatorianos preparan «guaguas», que son panes con formas humanas, doradas y pintadas, que representan el mundo de los vivos, y «colada morada», elaborada con mortiño, otras frutas, harinas y plantas medicinales, que representa el de los muertos.

Los indígenas andinos suelen preparar grandes banquetes con cerdo horneado o frito acompañado de preparaciones con maíz y habas, y todo ello servido junto a las tumbas de los seres queridos.

En Bolivia, con altares llenos de fruta, bebidas, dulces y las tradicionales «t’ant’awawas», figuras antropomórficas hechas con pan, la gente acude masivamente a los cementerios para «despedir»las almas de sus familiares fallecidos que, según creen, visitan el mundo de los vivos desde el primer día de noviembre.

Algunas personas, especialmente los indígenas, suelen almorzar junto a los altares al pie de los nichos en los cementerios y también comparten la música que disfrutaron en vida sus familiares.

En Uruguay, donde la prensa destacó hoy que los niveles de concurrencia a los cementerios han descendido en los últimos años, pese a todo se extendió el horario de visitas a esos lugares.

Tan solo en el Cementerio General del Sur, el más grande de Caracas, se espera a unas 15.000 personas entre hoy y el próximo domingo.

El cementerio del distrito limeño de Villa María del Triunfo es otro de los que el Día de Difuntos se celebra de manera festiva.

En Argentina solo en algunas provincias norteñas, como la de Jujuy, las visitas al camposanto se acompañan de fiestas y rituales, ya que existe la creencia de que en esa fecha Dios abre las puertas del cielo y los difuntos bajan a la tierra y los reciben con banquetes en lo que no falta el arroz con leche. EFE

Por ccarrera