El libio Al-Rahman, que era el jefe operativo de la red, fue abatido esta semana en Paquistán, informaron fuentes norteamericanas
En otro resonante golpe a la red terrorista Al-Qaeda, fue abatido en Paquistán el número dos del grupo, Atiyah Abd al-Rahman, según informó un funcionario del Pentágono .
El terrorista libio murió el 22 de agosto en la región de Waziristán, en el noroeste paquistaní, casi cuatro meses después de que las fuerzas especiales norteamericanas mataran al líder de la red, Osama Bin Laden, también en ese país.
Aunque todavía no están claras las circunstancias de la muerte de Al-Rahman, sí se sabe que el terrorista fue abatido el mismo día en que se reportó un ataque de un avión no tripulado de la CIA en Waziristán.
Este tipo de ataques son el arma preferida de Washington para matar a terroristas en esa zona montañosa y de difícil acceso que bordea la frontera con Afganistán.
Al-Rahman, que era el líder operativo de Al-Qaeda, había ascendido al segundo puesto de mando de la red terrorista, cuando el egipcio Ayman al-Zawahiri se hizo cargo del grupo, tras la muerte de Bin Laden.
Al-Zawahiri es considerado un líder polémico que carece del carisma del fundador y de la capacidad de unir a las diferentes facciones de Al-Qaeda.
“La muerte de Atiyah es una tremenda pérdida para Al-Qaeda, porque Ayman al-Zawahiri dependía de él para ayudar a guiar y dirigir la organización, especialmente desde la muerte de Bin Laden”, dijo un funcionario norteamericano.
Líder con corazón de hierro
Al-Rahman tenía entre 35 y 40 años y sobre él pendía una recompensa de un millón de dólares. Nacido en Libia, se unió a Al-Qaeda en 1990 para combatir en Afganistán a las fuerzas invasoras de la Unión Soviética. Posteriormente, Al-Rahman regresó a Afganistán, donde cobró mayor protagonismo y se encargó de supervisar actos terroristas en Irak y la infraestructura de la red en Irán.