Dom. Nov 10th, 2024

Las fuerzas de seguridad de Guatemala capturaron hoy a una supuesta pandillera, sospechosa de ser la autora del atentado con una bomba casera perpetrado contra un autobús del servicio de transporte público que causó siete muertos.

El fiscal contra el crimen organizado, Rony López, dijo a los periodistas que la captura se realizó gracias a «una foto robot elaborada en base al testimonio de una sobreviviente del ataque».

La detenida, identificada como Sonia Véliz, alías «La Paquetona», de 20 años, fue detenida en la colonia El Milagro, un barrio popular de la periferia oeste de la capital que hoy fue objeto de una amplia operación por ser guarida de una célula de la temida Mara 18.

Decenas de agentes de la policía, acompañados de soldados y fiscales, allanaron al menos diez residencias en esa zona, en las que buscan evidencias que los lleven a los integrantes de la denominada «Little Sayco Criminal», el grupo de la pandilla que se sospecha cometió el ataque.

Véliz, según López, fue identificada por los testigos como la mujer que colocó el artefacto dentro del autobús y que se apeó minutos antes de que tuviera lugar la explosión, huyendo en un vehículo que la esperaba.

La explosión desató un incendio en el vehículo, que cubría la ruta entre el municipio de San Juan Sacatepéquez, en la periferia noroeste de la capital, y el centro de la ciudad.

El ataque se cobró la vida de siete personas, entre ellas Alicia Zacarías, de 35 años, y sus hijos Nury y Gerson Cac Zacarías, de 3 y 11 años, respectivamente, así como Rigoberto García, de 69; Gladis Ordóñez, de 36; Ambrocio Vásquez, de 48; y Dora Rodas, de 54.

Fuentes del hospital Roosvelt dijeron a los periodistas que de los 16 heridos que fueron trasladados a ese centro asistencial, 14 fueron dados de alta y sólo dos siguen internados debido a la gravedad de las quemaduras sufridas.

Gamaliel Chin, presidente de la Gremial de Transportistas de Rutas Cortas Extraurbanas, dijo a los periodistas que ese grupo pandillero es el responsable de las extorsiones de que han sido víctimas en los últimos años los choferes y empresarios de Transportes Quetzal, la compañía a la que pertenecía el autobús atacado.

El empresario aseguró que desde diciembre pasado venían pidiendo ayuda a las autoridades debido a las amenazas de los pandilleros, que les exigían el pago de «un aguinaldo» por cada uno de los vehículos que cubre la ruta a San Juan Sacatepéquez.

«Hubo varias amenazas sobre que si no se pagaban las extorsiones habría atentados contra las unidades. Toda esa información la tenía el Ministerio Público», aseguró Chin.

El portavoz de la Policía Nacional Civil (PNC), Donald González, dijo a los periodistas que los expertos en explosivos de esa institución determinaron que el incendio dentro del autobús fue provocado «por una bomba casera».

«Estamos trabajando en dos líneas de investigación pero no se pueden dar a conocer detalles», dijo González.

Desde hace más de ocho años, empresarios y trabajadores del servicio de transporte público, así como de pequeños negocios de barrio, son víctimas de extorsiones por parte de las temidas maras, que asesinan a quienes se resisten a pagar los chantajes.

El año pasado, según estadísticas de la organización humanitaria Grupo de Apoyo Mutuo, fueron asesinados 119 chóferes y 51 ayudantes del servicio de transporte público, así como 110 pequeños comerciantes, todos víctimas de estos grupos criminales.

Según la PNC, muchas de las víctimas fueron asesinadas a pesar de que habían pagado las extorsiones exigidas por los pandilleros.

Aunque las autoridades han echado a andar una serie de operativos para detener a estos grupos delictivos, que en 2010 les permitieron la captura de 543 supuestos extorsionadores -290 menos que los detenidos en 2009 por ese motivo-, la incidencia de este tipo de delitos no se ha reducido. EFE