Esta práctica surgió en 1978 en el Instituto Materno Infantil de Bogotá, en Colombia. Ante la falta de incubadoras, desarrollaron un método que, básicamente, consistía en que los pequeños a partir de los 1.500 o 1.600 gramos, fueran a casa acomodados en los pechos de la madre, mediante sujeciones, de donde obtenían alimento y calor.
Tras los éxitos logrados, menos infecciones y mortalidad, mejoras en el desarrollo físico, intelectual y afectivo, el proyecto recibió el aval de la Organización Mundial de la Salud y se ha extendido por buena parte de los servicios sanitarios occidentales.
Ahora es conocido como el ‘método canguro’ y se ha puesto en marcha en la mayoría de hospitales neonatólogos de América Latina.
Más consejos
¡Ten cuidado con el calor corporal!
Cuando tomes a tu hijo, trata de tener un calor corporal normal. El exceso de calor o de frío hará que tu pequeño se sienta intranquilo y no pueda conciliar el sueño de manera natural.
Alimentarlo, un proceso de compenetración
Muchos doctores recomiendan a las madres de familia dar de lactar a sus hijos cada tres horas. Pero miles de abuelas concluyen, que lo mejor, es que el bebé lacte las veces que lo necesite.