El pasado martes, 3 de diciembre de 2013, la Fundación Rockefeller anunció el primer grupo de 33 ciudades seleccionadas como miembros fundadores del proyecto “100 Resilient Cities”, entre las que se destaca la presencia de la ciudad de Quito. El grupo de ciudades seleccionadas ha demostrado un compromiso tangible en la construcción de sus propias políticas y capacidades de preparación y prevención, para resistir y recuperarse rápidamente ante eventos catastróficos, tanto naturales como provocados por el hombre.
La Fundación Rockefeller, consciente de que los impactos y las tensiones aumentan en frecuencia, repercusión y escala y tienen la capacidad de afectar sistemas y geografías, creó el proyecto “100 Resilient Cities Centennial Challenge”, con el objetivo de apoyar a diferentes ciudades del mundo a prepararse mejor y responder efectivamente frente a potenciales desastres naturales.
En ese contexto, en mayo de 2013, la Fundación Rockefeller anunció un compromiso de 100 millones de USD para construir resiliencia urbana en ciudades de todo el mundo. De esa forma, través de “100 Resilient Cities”, en los próximos años, 100 ciudades se incorporarán a la nueva red de “100 Resilient Cities”, incluido el primer grupo de 33 ciudades que incluye a la Ciudad de Quito. En ese sentido, cada ciudad recibirá apoyo financiero y técnico para desarrollar, implementar y potenciar planes para construir resiliencia en sus territorios.
Cada una de las ciudades seleccionadas, en coordinación con la organización “100 Resilient Cities”, promovida por la Fundación Rockefeller, recibirá una plataforma de servicios innovadores consistente en una membrecía en la red de 100 Resilient Cities, respaldo para crear un plan de resiliencia y una plataforma para ofrecer herramientas y recursos para la implementación del plan de resiliencia centrado en cuatro áreas: financiamiento, tecnología, infraestructura y uso de terrenos y resiliencia social y comunitaria de socios como Swiss Re, Palantir, American Institute of Architects, Architecture for Humanity y el Banco Mundial.
Para Ricardo Peñaherrera, Director Metropolitano de Gestión de Riesgos, el que Quito haya sido seleccionada entre las 100 ciudades resilientes del mundo pone en evidencia el trabajo que se ha venido realizando, en los últimos años, en cuanto a gestión de riesgos, desde el Municipio del Distrito Metropolitano de Quito, en la capital del Ecuador. Además, este reconocimiento posiciona a Quito como una ciudad que se encuentra a la vanguardia en temas de gestión de riesgos, no solo en el Ecuador, sino a nivel latinoamericano y mundial.
Asimismo, según Peñaherrera, esta selección permitirá a la ciudad de Quito trabajar de manera conjunta con algunas de las principales ciudades del mundo, a través de sus respectivos gobiernos locales y la coordinación y respaldo de la organización “100 Resilient Cities”, para reforzar la resiliencia en el DMQ
, con el objetivo de brindar mayores y mejores condiciones de seguridad a la población de la ciudad de Quito ante desastres.
En el grupo de las primeras 33 ciudades seleccionadas por la Fundación Rockefeller se destaca la presencia de importantes ciudades del mudo, como: Nueva York (NY), Roma (Italia), Medellín (Colombia), Los Angeles (CA), Ciudad de México (México), Rio de Janeiro (Brasil), Glasgow (UK), New Orleans (LA), San Francisco (CA) y Bangkok (Tailandia) y, por supuesto, Quito (Ecuador), entre otras.
Este grupo de ciudades ha demostrado la comprensión del concepto de resiliencia urbana y que se encuentran comprometidas con su construcción. Además, han demostrado de qué manera múltiples grupos de partes interesadas, por ejemplo, los líderes de la ciudad, la sociedad civil y el sector privado, entre otros, se involucrarían de forma activa en la construcción de resiliencia urbana.
¿Qué es la resiliencia?
La resiliencia es la capacidad de un sistema, entidad, comunidad o persona de soportar impactos conservando sus funciones esenciales. La resiliencia también hace referencia a la capacidad de recuperarse rápida y eficazmente de catástrofes y a la habilidad de resistir fuertes tensiones. Por lo tanto, la construcción de resiliencia consiste en hacer que las personas, las comunidades y los sistemas estén mejor preparados para soportar eventos catastróficos, tanto naturales como provocados por el hombre, y sean más capaces de recuperarse de manera rápida y sólida.