Gareth Bale vivió su gran día, tras pasar reconocimiento médico por el Real Madrid, firmar un contrato de seis años y ser presentado en el estadio Santiago Bernabéu, donde con los nervios de cumplir un sueño de infancia, desbordó la ilusión del madridismo que le dio una calurosa bienvenida.
Desde que en la tarde del domingo se cerraron unas negociaciones que han durado meses entre Tottenham yReal Madrid, Bale ha vivido unas horas intensas. Voló de madrugada a la capital de España, apenas descansó cinco horas en el Hotel Mirasierra porque a las 9 de la mañana se sometía al pertinente reconocimiento médico en la Clínica Sanitas La Moraleja antes de vivir un momento inolvidable en el Santiago Bernabéu.
«Estaba muy nervioso», confesó. «Es una experiencia increíble que he visto muchas veces con otros jugadores y ahora es un sueño hecho realidad». Lo vivió rodeado de su familia, con la que se retrató sobre el césped del estadio madridista y que siguió su primera comparecencia ocupando la primera fila de la sala de prensa.
Antes disfrutaron de una calurosa bienvenida de 25.000 seguidores del Real Madrid que no cesaron de corear el nombre de su nueva estrella, y del cariño de un radiante Florentino Pérez. «La determinación y convicción de Bale han sido esenciales para que su llegada sea hoy realidad. Su firmeza se basa en los deseos que hace años tenía un niño de Gales que vestía la camiseta del Real Madrid. Ese momento con el que soñaba de pequeño comienza ya a ser una realidad».
El fichaje más caro de la historia, con una operación cercana a los 100 millones de euros, apareció elegante con traje oscuro, camisa blanca y corbata negra. Nervioso en un escenario donde aparecía en dos grandes carteles con imágenes de su infancia con una camiseta del Real Madrid y en un partido con Gales, pronunció sus primeras palabras como madridista y dejó un mensaje en castellano.
«Es totalmente increíble estar aquí. Es un sueño hecho realidad. Espero ayudar al equipo a tener éxito y que podamos ganar este año la décima Copa de Europa». Su primer mensaje ya marcó el gran objetivo anhelado del madridismo. Una de las razones por las que aterriza en el Real Madrid.
Como Neymar hizo en Barcelona, Bale demostró saber los roles del vestuario nada más llegar. Se deshizo en elogios hacia Cristiano Ronaldo y dejó claro que se complementarán a la perfección en el terreno de juego. «Cristiano es para mí el mejor jugador del mundo y es un factor muy importante por el que quería venir. Es el jefe, el jugador principal. Quiero aprender todo lo que pueda de él y ayudar al equipo a ganar trofeos».
Bale se vistió de corto de blanco por primera vez, dio la vuelta al terreno de juego y no dudó cuando los aficionados le pidieron que besara el escudo. Su pasión por el Real Madrid la demostró en cada palabra que pronunció. Le llevó a declararse en rebeldía en el Tottenham y a vivir momentos tensos. «Ha sido un momento difícil. Levy es una persona dura, quería hacer negocio pero le agradezco por llegar a un acuerdo con el RealMadrid».
Y pese a entrenarse en solitario en las últimas semanas, se puso a disposición de su nuevo técnico, Carlo Ancelotti, para debutar en Villarreal. «He estado haciendo mis entrenamientos y estoy deseando jugar con el RealMadrid. Quiero ponerme en plena forma y voy a cumplir un plan de entrenamiento».
Desbordando ilusión se enfundó por primera la camiseta del Real Madrid con el dorsal 11 y su nombre en la espalda. Desde hoy intentará estar a la altura de un número que es leyenda y que demostró conocer. «Gento es una leyenda del club que ganó seis Copas de Europa para el Real Madrid. Es mucha presión portar ese numero».
Esa presión que asegura no sentir por su precio, porque entiende que son cosas del mercado que marcan los clubes, la mostró por conseguir títulos que le hagan entrar en la historia del club. La ‘era Bale’ ya ha comenzado con máximas espectativas. EFE