La barra de los Zorros no respetó el homenaje que aficionados y directiva del América realizaron, y se burlaron al medio tiempo.
«Dios, llévate a Chepo y regresa a Chucho», eran alguna de las frases que se pudieron leer en una de las tantas pancartas que aparecieron en los alrededores del Estadio Azteca, que esta tarde (ayer) le ofreció un tributo a su último gran ídolo, el ecuatoriano Christian Benítez.
En el norte del país Christian Benítez, también es bien recordado, fue ahí donde empezó a escribir su gran historia con el Santos Laguna, equipo, de cual unos cuantos aficionados se dieron cita en este lugar, para honrar su memoria y dejar en claro que de la «Comarca Lagunera», también tuvo su reconocimiento.
La fiesta, sin embargo, no pudo ser del todo completa, porque aunque en taquilla ya no había boletos, la reventa tenía en su poder la mayoría de las entradas, las cuales con un costo de 20 pesos, eran ofrecidas en 200, lo que provocó que el inmueble registrara una entrada muy buena, pero no el lleno total.
Antes de que el balón comenzara a rodar, los jugadores de ambos cuadros se unieron en un abrazo alrededor del círculo central para ofrecer un minuto de silencio, que se convirtieron en 60 segundo de aplausos.
Al minuto once, tal y como se había solicitado, desde la tribuna se empezó a gestar una gran ovación y el grito de «ole ole ole Chucho, Chucho», que retumbó en una misma voz. Pero la barra de Atlas que se ubicaba en una de las cabeceras del Estadio Azteca no se comportó a la altura, y durante el entretiempo aprovecharon el silencio para cantar: «Se murió, se murió, Chucho se murió»
La anotación de Narciso Mina fue la apoteosis de este homenaje a Benítez, cuando todos los jugadores se unieron y alzaron los brazos hacia el cielo, hacia donde está su gran goleador y que los acompañará en la cancha, de ahora en adelante.
Fuente: Fox Sports