Fueron 594 pelotas con manchas rojas que simbolizan la sangre de las 500.000 víctimas que la violencia urbana ha dejado en Brasil en la última década, según esa organización.
La protesta fue una de las primeras de una jornada en la que se realizaron manifestaciones en una veintena de ciudades y sobre todo en Belo Horizonte, en el marco de la semifinal de la Confederaciones.