La mayor protesta del pasado sábado fue en Belo Horizonte, donde marcharon al menos 70.000 personas según la policía, que usó balas de goma y gases lacrimógenos para alejar manifestantes del estadio Mineirao durante el partido por la Copa Confederaciones.
Hay reportes de 15 heridos durante los enfrentamientos, que complicaron la evacuación del estadio tras el juego en que México derrotó 2 a 1 a Japón.
Unas 35.000 personas también salieron a las calles de Sao Paulo y hubo una serie de protestas menores en otras ciudades brasileñas, otra clara señal de que continúa la movilización social por mejores servicios públicos y por los gastos para el Mundial 2014.