El amor por su profesión se hace evidente en los jugadores del Deportivo Quito.
Los seleccionados del equipo capitalino alcanzaron la punta del campeonato nacional a pesar de que no han logrado pactar un concenso con los dirigentes de la Academia con relación a sus sueldos impagos. Ellos demostraron en la cancha, que más allá de ser simples empleados se deben a esa hinchada fiel que los acompañó en el periplo de 40 años sin un título nacional.
Pero las personas que nos sentimos orgullosas de ese logro no debemos olvidar, que estos deportistas se deben a una familia a la que deben mantener.
Es hora de que los máximos dirigentes del equipo azulgrana evaluén el proceso que deberían asumir para terminar con la sequía y de alguna formar apoyar al combinado.