Se trata de construir una opinión, evaluarla y ver su hay algo «radicalmente nuevo», explicó Spielberg, quien resaltó que los miembros del jurado -directores y actores- son siempre juzgados y ahora, agregó «nos ha llegado el momento de juzgar».
Por eso aseguraron no tener miedo a elegir a la ganadora de la Palma de Oro entre las 20 películas que participan este año en la competición oficial, que se abrirá mañana, o a las que se llevarán otros premios, como el de dirección o interpretación.
«Estamos siempre juzgando películas, cuando las vemos en el cine», resaltó Spielberg, para quien sin embargo Cannes es «un soplo de aire fresco» porque no hay una campaña previa para que una película resulte ganadora.
Al contrario a unas elecciones políticas o incluso al Óscar, en Cannes se juzga la película cuando se ve. Los festivales «son una oportunidad de ver», una «celebración del cine y no una competición».
En el mismo sentido se manifestó el realizador taiwanés Ang Lee, ganador este año del Óscar a la mejor dirección por «Life of Pi».
«Cannes está más orientado al autor» que los Óscar. Y el objetivo de los nueve miembros del jurado es «seleccionar una película desde el fondo de tu corazón». «Quiero que nos enamoremos de algún filme», afirmó Lee.
«Espero que haya un momento que no podamos verbalizar, que haya algo que nos haga mirarnos y decir: Dios, esta es la Palma de Oro», agregó el realizador, que bromeó sobre la supuesta rivalidad con Spielberg, cuyo filme «Lincoln» era uno de los principales rivales en los Óscar de «Life of Pi».
«Es mi héroe», agregó sonriente Lee sobre un Spielberg que se mostró un poco menos relajado, pero que también aseguró: «Nunca hemos sido competidores, hemos sido colegas».
También bromista se mostró el actor austríaco Christoph Waltz, quien señaló que al posar para los fotógrafos antes de la rueda de prensa se había olvidado por un momento de que está en Cannes para ser jurado.
«Pero prometo que me concentraré en ser jurado», dijo entre las risas de los asistentes.
Mucho más en serio se lo tomaba Kidman, quien destacó la necesidad de «contribuir» al cine no sólo como actores o directores. «Es la opinión de nueve personas y somos como una plataforma para descubrir nuevas películas».
El actor francés Daniel Auteil coincidió con su compañera en la importancia de dar a conocer cine que de otra forma no llegaría al gran público.
Y recordó que al repasar la lista de películas ganadoras de la Palma de Oro en Cannes ha descubierto que la mayoría de esos títulos son los que le han ayudado a forjarse su gusto como espectador.
«Tengo la suerte de tener ahora esa posibilidad», la de apostar por un filme que puede ayudar a la evolución de la audiencia, de elegir una película «que se convertirá en referencia». A lo que agregó: «vengo con ganas de dejarme sorprender, sin prejuicios».
Mientras que el realizador rumano Cristian Mungiu, el único miembro del jurado con la Palma de Oro de Cannes -que ganó en 2007 por «4 meses, 3 semanas y 2 días»-, aseguró que busca «honestidad» en las películas.
Busca que el realizador tenga «el suficiente valor para ser original y extender los límites de su corazón», una cierta honestidad que haga que una película lleve a todo el mundo al mismo lugar pero por diferentes caminos.
La realizadora escocesa Lynne Ramsay se mostró por su parte «encantada» de ver cine; la actriz india Vidya Balan aseguró que llega a Cannes con ganas de «aprender y observar cómo diferentes personas miran el cine» y la realizadora japonesa Naomi Kawase destacó la capacidad del festival de ser un transmisor de mensajes al mundo en un momento lleno de dificultades como el actual.
Un grupo multicultural y procedente de disciplinas diferentes, como resaltó Spielberg, que sin embargo recordó que tienen «un lenguaje común, el cine», que les unirá o dividirá al ver las películas.
«Voy a tener que volver a ver ’12 angry men’ para prepararme para la deliberación» bromeó el presidente del jurado. EFE