«Vamos a ir a unas reformas legales para convertir las penas al sabotaje en las penas más severas que se puedan conocer, que no tengan ningún tipo de beneficio, así de sencillo, porque la electricidad como servicio es sagrada para el pueblo venezolano», indicó Maduro en un acto público en el occidente del país.
Maduro denunció en los últimos meses reiterados sabotajes al sistema eléctrico que atribuyó a la oposición para explicar apagones en diferentes puntos del país, incluidas ciudades en las que desarrolló su campaña.
«Que un venezolano se preste para sabotear el sistema eléctrico, eso no se ha visto en el mundo, en las luchas políticas del mundo se lucha con ideas, votos, pero sabotear el sistema eléctrico… ¡Dios Santo!», dijo Maduro en una central eólica en el estado Zulia.
El presidente venezolano afirmó que las personas que han sido capturadas fueron puestas a disposición de la Fiscalía, porque «no tiene perdón de Dios ni de nadie quitarle la electricidad a un pueblo para sabotear a un gobierno para unas elecciones».
El pasado día 9 el Gobierno informó de la detención de 17 personas «agarradas in fraganti saboteando las instalaciones» eléctricas, la mayoría de ellas, trabajadores de la estatal Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec).
El Gobierno dio luz verde esta semana a la militarización del sistema eléctrico de forma simultánea a la entrada en vigor de una emergencia del sector, que durará 90 días, con el fin de «estabilizar» la red de energía del país.
El de la electricidad es uno de los temas de constante controversia en Venezuela, país donde los apagones fuera de Caracas son crónicos, y que en febrero de 2010 sufrió una fuerte crisis eléctrica que el Gobierno justificó por una sequía calificada como la peor en 45 años.
En agosto pasado, el fallecido presidente Hugo Chávez reconoció «graves problemas» en el sistema eléctrico nacional, aunque aseguró que si él no hubiera llegado al poder en su país estaría alumbrándose con faroles y se cocinaría con leña. EFE