19 abr (EFE).- El Partido Demócrata (PD) de Pier Luigi Bersani volvió a mostrarse dividido hoy y no logró elegir al que era su segundo candidato, el exprimer ministro y expresidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, lo que incrementa la incertidumbre sobre cuáles serán sus próximos pasos.
La «rebelión» en el seno del PD volvió hoy a hacerse patente cuando Prodi, que supuestamente había sido consensuado en la asamblea de electores del centroizquierda celebrada esta mañana, consiguió 395 votos, 101 votos menos de los que reúne la coalición de centroizquierda.
Prodi parecía el hombre del consenso después de que la candidatura del exsindicalista, Franco Marini, fracasara rotundamente en la primera votación al no recibir los votos de los miembros del PD, que castigaba así la decisión de Bersani de pactar este candidato con Silvio Berlusconi,
De los 1.007 electores que tienen derecho a participar en la elección, que se desarrolla en secreto, el jurista Stefano Rodotà, candidato del Movimiento 5 Estrellas, tuvo 213 votos, mientras que la ministra del Interior, Anna María Cancellieri obtuvo 78.
En las pasadas tres votaciones era necesario conseguir un respaldo de dos tercios, pero en este cuarto escrutinio servía sólo la mayoría absoluta, establecida en 504 votos,
El centroizquierda contaba con 496 y le faltaban sólo ocho votos, pero Prodi se quedó muy lejos, ya que muchos votos fueron al también expresidente del Gobierno, Massimo D’Alema (15), también Rodotá y Cancellieri consiguieron más de los previstas y hubo 15 papeletas en blanco.
Mientras se busca a los «101 francotiradores», Nichi Vendola, líder del partido Izquierda, Ecología y Libertad, socios de Bersani, aseguró que sus parlamentarios votaron a Prodi y que entre sus filas no hay traidores.
En esta votación, el Pueblo de la Libertad (PDL) de Berlusconi y la Liga Norte no participaron en el voto, como protesta a que el PD rompiese las negociaciones y presentase unilateralmente como candidato a su enemigo jurado, Romano Prodi.
Elección Cívica, el partido del presidente del Gobierno en funciones, Mario Monti, se decantó por la actual ministra de Interior, Annamaria Cancellieri, que superó los 69 votos que podía conseguir de la formación que la apoyaba, llegando a 78.
Por ello, Elección Cívica pidió al PD que apoye a su candidata si quiere salir por fin de este embrollo.
Ante la quinta votación de mañana, donde se requerirá también la mayoría absoluta (504), la situación se hace cada vez más complicada.
Una posibilidad es que el centroizquierda vuelva a apostar por Prodi en espera de convencer a los suyos, pero también a algunos miembros de Elección Cívica, que proceden del mundo católico y de corrientes políticas cercanas al expresidente de la Comisión Europea.
Aunque el joven alcalde de Florencia, Matteo Renzi, de 37 años, que fue el abanderado de la rebelión contra Marini, aseguró que la candidatura de Prodi «ya no existe».
Otro escenario sería que el PD presentase una nueva candidatura. Se habla del también expresidente del Gobierno Massimo D’Alemma, al que podrían apoyar miembros del PDL.
Otro opción es que el centroizquierda se rinda a Grillo y vote a su candidato, el jurista Stefano Rodotà.
Tras el nuevo fracaso, Bersani se reunió inmediatamente con la cúpula de su partido en un intento de buscar nuevas fórmulas para salir del atolladero que vive el país, donde tampoco se consigue formar un Gobierno.
Durante la votación de hoy, la crispación fue creciendo con protestas fuera de la Cámara de los Diputados, donde miembros del PDL y de sus socios en la coalición de centroderecha Hermanos de Italia se manifestaron contra Prodi.
Fuera del hemiciclo, los detractores de Prodi repartían bocadillos de mortadela a los congregados en alusión sarcástica al apodo, «El Mortadela», que recibe el expresidente del Gobierno al proceder de la zona famosa por este embutido.
Imágenes que recordaron, el 24 de enero de 2008 cuando los correligionarios de Berlusconi celebraron la caída del Gobierno de Prodi comiendo mortadela en el Parlamento.
Durante la votación, la diputada Alessandra Mussolini, nieta del dictador italiano, apareció en el hemiciclo con una camiseta blanca en la que se leía «el diablo viste de Prodi«. EFE