Jue. Sep 19th, 2024

La peregrinación ‘Jesús del Gran Poder’ es una de las más importantes del calendario litúrgico quiteño. Los católicos la viven con fe y clamor.

La imagen de Jesús del Gran Poder, tallada en palo de balsa que data del siglo XVII, fue una vez más el centro alrededor de la cual se formó la ‘marea humana’ que participó la mañana y tarde de este Viernes Santo en la tradicional Procesión de Jesús del Gran Poder, en Quito.
Jesus-del-Gran-Poder-2Hombres, mujeres y hasta niños, en signo de devoción, cargaban cruces. Otros descalzos arrastraban pesadas cadenas en sus pies e incluso hubo quienes con racimos de ortiga azotaban su cuerpo.
Fueron cientos de cucuruchos, verónicas y más personajes de Viernes Santo que abrieron la procesión que arrancó al medio día desde la plaza de San Francisco. Al menos 40 efectivos de la Policía Nacional cargaron, en andas, a la imagen de Jesús del Gran Poder que avanzaba a paso lento por varias calles.
A su paso la imagen venerada era aclamada por la gente: se persignaba, rezaba y coreaba los cánticos y alabanzas. Otras esculturas como la del Niño Jesús y la Virgen Dolorosa también formaron parte de esta peregrinación que fue la número 53, una de las mayores manifestaciones de la fe popular en la ciudad.
A las 13H00 la multitudinaria manifestación de fe ya se había tomado al menos 20 cuadras del Centro Histórico y los espectadores copaban las aceras y todos los espacios disponibles para mirar el paso de las sagradas figuras.
Tres hombres cargaban una inmensa cruz de unos 5 metros de largo. Eran los integrantes de la familia Medrano Padilla que llegaron desde Carcelén para demostrar su fe y porque así -dijeron- asegurarse unos pedidos a Dios.
Un jovencito también llevaba en sus hombres una pesada cruz. Descalzo sobre el pavimento que ardía por el sol y con gruesas cadenas en sus extremidades inferiores, dijo llamarse Sebastián, de 20 años. ¿por qué lo haces?, le prometió a su mamá y a Dios para salir de los malos pasos en los que ando, ‘ya no quiero seguir más en eso….’, dijo.
Una de las Verónicas que levaba en sus manos un pequeño crucifijo de madera era Cecilia Guascoto, de 35 años de edad, madre de dos hijos. “Ya llevo 2 años seguidos que participo, lo hago porque le tengo mucha fe al Jesusito. Nunca más me voy a perder la dicha que me da poder caminar junto a él descalza para que me guíe y cuide a mis hijos’.
Pocos pasos más atrás están varios cucuruchos y un hombre vestido de romano. Era don Jorge Paredes de 52 años de edad integrante del Club Nueva América del barrio El Tejar ‘yo mismo me hice este traje de fómix, ya participo 6 años porque él (Jesús del Gran Poder) me hizo el milagro de regresar con mi mujer que ya no quería saber nada de mí porque era un poquito borracho’.
El sol también acompañó la jornada y muchos vendedores ese mismo instante parecía que recibían el tan solicitado milagro. Mercedes Arauz, terminó todos los bonice y helados que sacó a la venta.
Varias entidades como la Policía Nacional, Policía Municipal, Cuerpo de Bomberos, 911 se hicieron presentes para dar seguridad a los miles de asistentes a la jornada religiosa.

Requerían sus favores

En el hall del Palacio Municipal se instaló un potente equipo de amplificación que transmitió la señal de radio Francisco Stereo que durante toda la jornada ofreció cánticos de alabanza. La ceremonia religiosa une a grandes y a chicos con la única misión de alabar a Dios y agradecerle o solicitarle algún milagro. Enfermos, y personas sanas, por obra de Dios, -según dijeron- acompañaron a la peregrinación más importante por Semana Santa que se desarrolla en Quito.

Por kochoa