5 mar (EFE).- Por primera vez en un cónclave usarán dos estufas en la Capilla Sixtina, una para quemar las papeletas de las votaciones y otra de la que saldrá el humo blanco, «la fumata blanca», que indicará al mundo que ya hay papa, o humo negro, la «fumata negra» que indica que la Iglesia sigue sin pontífice.
Así lo aseguró hoy el portavoz vaticano, Federico Lombardi, que señaló que con la combustión sólo de los folios con paja no sería suficiente para mostrar al mundo si se trata de «fumata blanca» o «fumata negra» y que para que no haya equívocos, una de las dos será destinada exclusivamente a mostrar al mundo, «de manera indudable» el humo blanco o negro.
Hasta ahora, la fumata negra era el resultado de la quema de las papeletas con los votos de los cardenales con paja húmeda. Para lograr la fumata blanca la paja debía estar seca.
De momento, se desconoce tanto el funcionamiento como el método que se usará para que la «fumata» sea blanca o negra «de verdad» y no ocurra lo que en 1978, durante la elección de Juan Pablo I, cuando el humo que salió era de color gris, y las elecciones de Juan Pablo II y Benedicto XVI, que al principio salió gris y tardó en hacerse totalmente blanco, llevando al equívoco.
Las estufas serán colocadas en los próximos días. Ya hoy personal especializado del Vaticano que comenzó a acondicionar la Capilla Sixtina para acoger al segundo cónclave del tercer milenio, cuya fecha de inicio aún no han fijado los cardenales.
Los purpurados celebraron hoy la tercera reunión preparatoria, a la que asistieron 110, de los 115 cardenales electores, es decir los que tiene menos de 80 años y, como establece la normativa de la Iglesia, son los pueden elegir al 266 sucesor del Apóstol Pedro.
Faltan por llegar el patriarca copto católico Antonius Naguib, de Egipto; el cardenal alemán karl Lehmann, el vietnamita Jean Baptiste Pham Minh Man; el de Hong Kong, John Tonh Hon y el de Varsovia, Kazimierz Nycz.
Aunque según señaló el cardenal decano, Angelo Sodano, en la carta en la que les llamaba al cónclave este será fijado cuando estén todos los purpurados electores, Lombardi dijo hoy que no es necesario que estén todos presentes, basta que aseguren que estarán en Roma en la fecha que se decida.
El hecho de que hoy y mañana sólo celebren una reunión demuestra, dijo Lombardi, que los cardenales desean profundizar sobre la situación de la Iglesia y no tienen prisa.
Hoy, en la única sesión («congregación general», como son llamadas) intervinieron 11 cardenales, que hablaron sobre las actividades de la Santa Sede y de los dicasterios («ministerios»), las relaciones de la Santa Sede con los episcopados de todo el mundo, la renovación de la Iglesia a la luz del Vaticano II, la situación de la Iglesia y la necesidad de la nueva evangelización en el mundo de hoy.
Mañana, miércoles, también celebrarán una única sesión y por la tarde se reunirán en la basílica de San Pedro del Vaticano para rezar, «en un momento tan importante para la Iglesia».
En esta jornada, el Vaticano mostró las tres urnas que se usarán durante el cónclave. Una para introducir los votos, otra para recoger los votos ya escrutados y una tercera por si algún elector enferma y no puede acudir a la Sixtina y otro cardenal se acerca hasta la residencia de Santa Marta, donde se alojarán, para que deposite el voto.
En este segundo día de congregaciones generales, los cardenales enviaron un mensaje al papa emérito Benedicto XVI en el que le expresaron su «gratitud» por su «luminoso ministerio» y por el ejemplo dado «de un generoso celo pastoral para el bien de la Iglesia y del mundo».
El decano del Colegio Cardenalicio agregó que esa gratitud «representa el reconocimiento de toda la Iglesia por su incansable trabajo en la viña del Señor».
Los cardenales evitaron hoy hacer declaraciones a la prensa y se desconoce si el Vatileaks -como es conocido al escándalo de la publicación de documentos privados de Benedicto XVI y del Vaticano, que desvelan intrigas y enfrentamientos en el pequeño estado- ha sido analizado por los purpurados.
Los cardenales estadounidenses Francis George y Donald Wuerl dieron ayer por seguro de que se hablaría del Vatileaks, que según el cardenal el brasileño Raymundo Damasceno «pesará» a la hora de elegir papa, mientras que para el cardenal español Carlos Amigo Vallejo tendrá un peso «irrelevante». EFE