El escocés Alex Ferguson, presente anoche en Barcelona para estudiar en persona el juego del conjunto de José Mourinho, asistió a un recital de su antiguo alumno, que manejó los hilos del encuentro y anotó dos tantos que sentenciaron en la Copa del Rey a los azulgrana del argentino Leo Messi.
El próximo martes, en ese estado de inspiración, Ronaldo volverá por primera vez desde que fichó por el equipo blanco en 2009 a Old Trafford, el escenario en el que se alzó como mejor jugador del planeta en 2008, cuando recibió el Balón de Oro que otorgaba la revista France Football, por delante de Messi y del español Fernando Torres.
Un año después, la directiva del United no pudo rechazar los 80 millones de libras (94 millones de euros) que puso sobre la mesa el Madrid por el delantero portugués.
Después de seis temporadas siguiendo las directrices de Alex Ferguson, el joven futbolista que había llegado a Manchester con 18 años cambiaba la Premier League por la Liga española convertido en una estrella mundial.
Con 28 años, en plena madurez como futbolista, el portugués está conjurado para llevar al Real Madrid a levantar la Champions, como ya hizo en 2008 con el United, que se impuso en Moscú en una final ante el Chelsea en la que un tanto del portugués forzó los penaltis.
Cinco años más tarde, su antiguo equipo es un obstáculo que Cristiano deberá apartar de su camino hacia el máximo título continental.
El portugués volverá a aparecer por una noche sobre las tablas del «Teatro de los sueños», vestido de blanco y dispuesto a dejar en evidencia a Robin Van Persie, el delantero que Ferguson arrebató al Arsenal este verano para tratar de afilar su ataque.
El holandés ha cumplido las expectativas del preparador escocés en la Premier, donde es el máximo goleador del campeonato con 19 tantos, pero parece sufrir para demostrar su calidad en los encuentros internacionales.
Van Persie, que en la ida de los octavos de final en el Santiago Bernabéu estuvo apagado y no logró superar al portero Diego López, suma tres tantos en la Liga de Campeones, lejos de los siete que acumula Ronaldo.
El internacional inglés Wayne Rooney, otra de las bazas en el ataque con las que cuenta Ferguson, se vio relegado por su parte a tareas de contención en el Bernabéu, y fue el joven Danny Welbeck, de 22 años, el único que pudo arañar un tanto a los de Mourinho.
En los encuentros previos a la crucial cita ante los blancos, Ferguson ha tratado de despistar a su rival y ha hecho rotaciones en su delantera.
El mismo técnico admitió hoy que tendrá dificultades para elegir un once el próximo martes, dado que todos sus futbolistas quieren estar presentes en el encuentro más importante de la temporada hasta el momento.
«Es muy difícil hacer cambios. Todos querían jugar contra el Real Madrid y hubo muchos jugadores decepcionados» al quedarse en el banquillo, afirmó Ferguson, a quien esa situación le pareció «excelente» pues demuestra «la confianza que tienen en sí mismos».
Ante el QPR, un encuentro de trámite ante el colista de la Premier el pasado sábado, el escocés optó en el ataque por el mexicano Javier «Chicharito» Hernández y Van Persie en la primera parte, y por Rooney y Welbeck en la segunda, si bien los dos goles de los «diablos rojos» llegaron finalmente de las botas del brasileño Rafael Da Silva y el veterano Ryan Giggs.
El próximo fin de semana, el United, líder en solitario de la liga inglesa, disputará otro encuentro cómodo, ante el modesto Norwich, que permitirá a Ferguson limar los detalles de su sistema táctico y dar descanso a los que serán protagonistas en el duelo ante el Real Madrid. EFE