Ayer a las 09h08 arribó a Tababela el primer avión de la aerolínea Tame. Aplausos dentro y nervios fuera de la aeronave. Estrenamos alas.
En la televisión veíamos las imágenes del cierre de operaciones en el antiguo Mariscal Sucre y con esa mezcla de sentimientos abordamos el auto y aceleramos hacia la parroquia capitalina. Desde el barrio San Carlos, norte de Quito, tardamos 20 minutos hasta la Panamericana norte donde el tráfico nos estancó, luego de varios minutos accedimos a la vía Oriental sin tráfico alguno nos movilizamos y después de una hora llegamos a Miravalle, algunos autos hacían colas, llegamos a Cumbayá y faltaba poco. Después de una hora y media de viaje llegamos a ‘La Y’ de Pifo, habíamos recorrido 39 kilómetros.
Después de unos minutos vimos lo que para muchos es la obra de la década en suelo capitalino. Una mole de color plateado se divisaba, era la estación de Tababela que en escasos minutos iba a recibir a su primer avión comercial.
Hicimos fila, pasamos el control y vistiendo un chaleco de color naranja llegamos a la pista, entre gritos de losperiodistas vimos como el avión número 308 de la aerolínea Tame hacia historia.
Con el corazón acelerado vimos como el monstruo volador era recibido con honores, un arco de agua le daba la bienvenida a su nueva casa. Las cosas pasaban demasiado rápido y era imposible detener la emoción de los cerca de 40 comunicadores que vimos con alegría y nostalgía el pitazo inicial de una nueva era en la historia de la aviación en suelo ecuatoriano.
El aeródromo tiene una superficie de 1.600 hectáreas. Su altitud de 2.400 msnm, permite que las aeronaves de última generación, surquen sin escalas a cualquier parte del mundo. Su pista de 4.100 metros es considerada la más larga de Latinoamérica.
Por: Karina Ochoa