Dom. Sep 22nd, 2024

Cumple uno de sus sueños. Airton Correia de Arruda, el legendario ‘Manga’ cuenta con una escuela para goleros. Está convencido, que Ecuador tiene excelente material humano.
Con sus manos maltratadas que guardan los más gratos recuerdos de su época de jugador, ahora están al servicio de la niñez. “Las tengo así porque siempre fui un arquero arriesgado. No tenía ningún temor”, puntualiza. Dice que están deformes, pero no le avergüenzan al arquero brasileño, que terminó su carrera en Barcelona, con el título nacional de 1980.
Ahora, con la apertura de una escuela para arqueros logró cumplir uno de sus sueños, con la que desea dejarle al país un ‘semillero de arqueros’, como parte de agradecimiento por la acogida que tuvo en el país.
“Deseo transmitir mis conocimientos para que salgan porteros de la calidad de Carlos Luis Morales, José Francisco Cevallos, Jacinto Espinoza, Víctor Mendoza, Carlos Morán, Emilio Valencia, entre otros”, manifestó.
Con 72 años, el ex jugador del scrtach no oculta su alegría y dice que se siente “muy feliz” al poder “colaborar con un granito de arena” en la formación de los jóvenes baluartes con los que cuenta.
El ex golero de Brasil en el Mundial de Inglaterra 1966, quien fue el encargado de pulir con su estilo a Máximo Banguera, mencionó que la idea le nació a raíz de observar, que en la actualidad los mejores exponentes del arco en Ecuador y de algunos clubes, son extranjeros.
“Aquí no existe escuela para arqueros. La mayoría de arqueros son extranjeros y por eso quiero darle al país una nueva generación de porteros nacionales”, reveló Manga.
“Es necesario que el arquero ecuatoriano aprenda a hablar, que le grite a su defensa, que dirija desde atrás al equipo y que esté atento a toda jugada que venga. El arquero siempre debe ser un líder en su equipo”, analiza.
Manga, que ganó títulos con casi todos los clubes en los que militó (Botafogo, Inter de Porto Alegre, Nacional de Montevideo, entre otros) sonríe al relatar que era un ‘Talismán’, como lo apodaron. “No sé quién me puso así, pero a cada equipo que llegué salí campeón. Así sucedió con Barcelona 1980, que no era campeón desde 1971”, aseguró.
Su memoria aún guardan recuerdos bonito, sobretodo la de su mejor pupilo , Víctor “Espartaco” Mendoza, a quién le enseñó todo sus ‘secretos’ para que su nombre se quede grabado en la historia del balompié nacional.  (DKO)

Por ccarrera