El «Club de hombres abandonados por una mujer» cuenta con cerca de 900 miembros en Facebook.
El fundador del grupo, Roberto Lázaro de 35 años, ya ha participado en programas de radio y televisión y explicó que se le ocurrió la idea después de descubrir que no estaba solo en ese «bloque de abandono».
«Una vez llegué a casa y todas mis pertenencias estaban embaladas en cajas. Así fue como terminó nuestra relación después de siete años de noviazgo, de convivencia», dijo Lázaro a BBC Brasil. Contaba que regresó a casa de sus padres y pensó que tal vez podría no ser el único que vivía una situación similar.
«Pensé que nosotros (los abandonados) nos podríamos unir en este dolor», dijo.
Lázaro compuso una canción en Youtube y pasó a recibir el contacto de otros hombres que también fueron dejados por mujeres.
«Fue entonces cuando decidí fundar el club. Pero me sorprendió la rapidez con la que el grupo ha crecido», afirmó. El «Club de los abandonados por una mujer» fue creado hace menos de un año y reúne perfiles eclécticos. Hombres jóvenes y viejos, pero con la misma historia: el abandono.
El músico dijo que en las conversaciones, ellos «comparten el dolor» y «tratan de superar la angustia y transformarla en algo positivo». Lázaro suele decir a los miembros del club que «la mujer continúa siendo la inspiración (para la vida), y que el resentimiento se debe evitar”. Reconoce, sin embargo, que esa tarea puede ser difícil. «A veces, ellas nos dejan por hombres más jóvenes o más ricos».
Lázaro dijo que muchos hombres incluso se sienten avergonzados para contar la experiencia que han vivido, especialmente en Argentina.
«Nos enseñaron a no llorar, a nunca demostrar nuestros sentimientos. Por eso, algunos al principio dejaban críticas en nuestro muro (de Facebook)».
El club cuenta con integrantes virtuales de varios puntos de Argentina y, según Lázaro, con participantes de Uruguay y México.
«A veces nos reunimos sólo para comer pizza y charlar. Pero el club no es un grupo de alcohólicos anónimos. Es de apoyo a aquellos que quieren conversar, contar su historia y saber que no está solo en esta experiencia».
Fuente: BBC Mundo