A 29 ascendió el número de trabajadores muertos debido a un incendio en una planta receptora de gas en el norte de México, informó el pasado 19 de septiembre la petrolera estatal Pemex.
Pemex ha dicho que 46 personas resultaron heridas y el miércoles temprano reportó que al menos cinco más permanecían desaparecidas.
El director de Pemex, Juan José Suárez, dijo en MVS Radio que la cifra de desaparecidos podría ser de hasta siete y dijo que aún no se ha descartado que aumente el número de muertos por el incendio registrado el lunes, cuyas causas exactas todavía se desconocen.
El presidente de México, Felipe Calderón, aseguró que la rápida reacción de los equipos de emergencia evitó que ocurriera una catástrofe mayor al impedir la propagación de las llamas a toda la planta, cercana a la ciudad de Reynosa, fronteriza con McAllen, Texas.
Calderón señaló que la Procuraduría General de la República participará en la investigación, aunque funcionarios de la estatal Petróleos Mexicanos (Pemex) han dicho que hasta ahora todo indica que se trató de una fuga accidental lo que provocó el incendio.
«Nos interesa saber exactamente qué ocurrió… esto es clave para evitar que se repita este tipo de tragedias, particularmente en instalaciones estratégicas tan sensibles para el país y de tan complejo manejo por el material que conduce», dijo el mandatario durante un discurso en la ciudad de México.
La instalación está rodeada por bardas que en su parte alta tienen alambres con púas como una medida de seguridad en un país que ha visto cómo ladrones, saboteadores y narcotraficantes han hecho blanco de sus ataques a ese tipo de centros.
El propio director de Pemex ha dicho que hasta ahora no han encontrados señales de que se trata de algún sabotaje.
El alambre de púas en el perímetro de la planta representó un obstáculo para los trabajadores como Esteban Vázquez Huerta, de 18 años, quien estaba dentro de la planta cuando se suscitó el incendio.
El percance provocó el cierre de pozos y la evacuación de personas en rancherías y casas ubicadas a cinco kilómetros a la redonda de la planta.
En diciembre de 2010, autoridades acusaron a ladrones de la explosión en un oleoducto en el estado central de Puebla que dejó 28 muertos, incluidos 13 niños. La explosión afectó a unos 5.000 residentes en un área de 10 kilómetros en la comunidad de San Martín Texmelucan.
FUENTE: SEMANA.COM