Jue. Sep 19th, 2024

En la FEF sienten los pasos de animal grande. La situación se pone color de hormiga, por la inminente aparación de un candidato opositor, para luchar palmo a palmo con ‘Luchito’ por la butaca mayor del ente rector del balompié. Chiriboga no esperaba que le salte la liebre, seguro como estaba y ponderaba, que contaba con el aval y apoyo de sus pares dirigentes, de aquellos agradecidos por tanto viaje y tanto mimo, que eran la base indestructible para ‘ganar de calle’, la reelección  por tercera vez consecutiva.
‘La vida te da sorpresas’, reza una canción del fabuloso salsero panameño Rubén Blades y el ‘jeque soberbio’ de Ecuafútbol, ya lo está sintiendo. El grupo contrincante tiene bases firmes y un candidato de hierro, con enorme recorrido en el fútbol, con una hoja de vida impecable, adornada en los últimos dos años por los más brillantes éxitos internacionales, que haya conquistado equipo alguno en el país. Es el ingeniero Patricio Torres Mora, un hombre con palmarés, con una honestidad acrisolada, viejo habitante de los reductos dirigenciales, de avanzado conocimiento y criterio para manejar con éxito una ubicación de esa trascendencia.
Dicen que las paredes tiemblan en la FEF, porque el nuevo candidato, tiene el apoyo y la bendición de la mano más pesada e influyente del fútbol nacional.  Nada más, ni nada menos, que de Rodrigo Paz y todas sus conexiones y poderes. Por eso ya se escuchan descalificaciones públicas en una emisora capitalina, cuyos periodistas, eran hasta hace poco, beneficiarios, tapetes y portavoces de los pensamientos de Chiriboga. “Así paga el diablo a sus devotos”, dicen los que no soportan al riobambeño, que va probándose la horma y está desesperado. Los cargos no duran para siempre. Por: Raúl Cruz Molina

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