Dom. Nov 24th, 2024

5 sep (EFE).- La convención de la ONU sobre el Cambio Climático concluye hoy en Bangkok la reunión preparatoria de la cumbre de Doha, con un ligero acercamiento de posturas entre los países que deberán negociar a finales de año un acuerdo global para la reducción de emisiones contaminantes a la atmósfera.
La secretaria ejecutiva de la Convención, Christiana Figueres, destacó el acuerdo para elaborar documentos de trabajo que guíen las negociaciones políticas sobre la extensión del Protocolo de Kyoto, que expira este año, o el diseño de un nuevo pacto global de reducción de emisiones que le sustituya en 2020.
«El esfuerzo en Bangkok ha merecido la pena. Los negociadores de los gobiernos avanzaron en cuestiones clave más de lo que muchos esperaban y levantaron las perspectivas sobre el éxito del próximo paso en Doha», dijo Figueres en conferencia de prensa.
Sin embargo, durante la semana de conversaciones informales, las cerca de 190 delegaciones de los países en desarrollo y de los más industrializados no han resuelto las discrepancias sobre la cuota de reducción de emisiones ni se han conseguido garantías de que las naciones con menos recursos recibirán ayuda económica para afrontar los riesgos del calentamiento global.
Figueres resaltó el «espíritu constructivo» de los negociadores de los dos bloques que «se han escuchado y han entendido lo que defiende cada parte para que se pueda lograr un punto común en Doha».
«Este no era el lugar para un gran acuerdo sino para preparar documentos para que esto ocurra en Doha (…) Ahora tendremos un documento de enmiendas para la extensión de Kyoto que nos permitirá preparar a nuestros ministros para que haya un acuerdo político en Doha», declaró el director de Estrategia Climática de la Unión Europea (UE), Artur Runge-Metzger.
El jefe de la delegación negociadora europea reiteró la intención de la UE de firmar la extensión del Protocolo de Kyoto, pero advirtió de que Bruselas mantendrá el objetivo de reducir en un 20 por ciento las emisiones a pesar de las presiones de países en desarrollo y de organizaciones no gubernamentales para que aumente esta cuota.
«Podríamos subir a un 30 % si las condiciones fueran buenas y otros países se movieran en la misma dirección», dijo Runge-Metzger en alusión a la crisis económica que atraviesan varios socios europeos y las decisiones como las adoptadas por Canadá, Japón o Rusia de desligarse de los nuevos compromisos vinculados a la extensión de Kyoto.
Los países en desarrollo y las organizaciones no gubernamentales comprometidas con el medio ambiente, recriminaron a Bruselas su «poca ambición» para reducir las emisiones y criticaron además a Australia y Nueva Zelanda, que aún no han decidido si se adherirán al nuevo Kyoto, así como a Estados Unidos que no suscribió el protocolo de 1997.
El jefe de la delegación estadounidense, Jonathan Pershing, defendió en rueda de prensa, que EEUU «ha dado pasos hacia una economía limpia» para dar respuesta a los efectos del cambio climático y «hacer nuestra economía más competitiva».
Pero también abogó por mantener los compromisos acordados en la cumbre de Copenhague, que permite que cada país fije sus propios objetivos, antes de abrir una nueva línea de acción con un nuevo acuerdo que establezca límites vinculantes a las emisiones de todos los países.
Con la ONU satisfecha por el resultado de la reunión, la coalición que aglutina a las organizaciones no gubernamentales, Climate Action Network, advirtió a los gobiernos sobre la urgencia de tomar decisiones para evitar un calentamiento superior a los 2 grados centígrados que la comunidad científica considera peligroso.
Uno de los miembros del colectivo, Greenpeace, admitió a través de su coordinadora política, Tove Maria Ryding, que tras la reunión de Bangkok «los gobiernos se encuentran en una posición ligeramente mejor» y añadió que «si las cosas no van bien en Doha será por falta de voluntad política».
«Finalmente, tendrán un documento a partir del cual poder negociar y creo que también tienen la voluntad para llegar a acuerdos», consideró Ryding.
En cambio, otro grupo de organizaciones agrupadas en la Red del Tercer Mundo, acusó a los países industrializados de bloquear nuevos acuerdos sobre el recorte emisiones y de negarse a aportar la financiación para que los países en desarrollo hagan frente a los riesgos del calentamiento global.
La de Bangkok ha sido la última reunión preparatoria de la conferencia mundial sobre el cambio climático que se celebrará en Doha (Catar) entre el 26 de noviembre y el 7 de diciembre. EFE

Por vgongora