Conozca a un hombre que se atrevió a usar una toalla femenina por el bien de las mujeres hindúes. Y que ahora es un empresario.
Ni los prejuicios ni el miedo a hacer el ridículo fueron un obstáculo para que Arunachalam Muruganantham cumpliera su sueño: ayudar a las mujeres pobres en los países en desarrollo a lidiar con la menstruación.
Tan decidido estaba a llevar a cabo su proyecto de crear toallas sanitarias baratas que, cuando ninguna mujer quiso probarlas, no dudo en ponerlas a prueba él mismo… en su propio cuerpo.
Hace doce años, muy poco después de que se casara en una zona rural del sur de India, notó que su esposa escondía unos “trapos feos y sucios” en alguna parte de la casa. Murunganatham descubrió más tarde que su mujer utilizaba estos trapos cuando le venía el período.
Después de insistir, su esposa le explicó que si compraba un paquete de compresas, ya no le quedaba dinero para la leche. Por lo que Murunganatham decidió inventar una solución económica para su esposa y otras mujeres en su misma situación.
Tras experimentar durante cuatro años diseñó una máquina pequeña que fabricaba toallas femeninas a bajo costo cuya operación no requería más que cuatro o seis personas.
Su osadía es recompensada
Arunachalam Muruganantham ya vendió su máquina para hacer compresas en 23 estados de India, en Nepal, Bangladesh, Afganistán, Sudáfrica y Zimbabue.
Cada máquina cuesta 1000 dólares. Las toallas femeninas que produce son para el mercado local y el producto final cuesta un cuarto de lo que valen las compresas que se consiguen en las tiendas.
* Dato informativo
Lamentablemente, sólo un 2% de las mujeres en las zonas rurales de India usa toallas sanitarias. La gran mayoría utiliza trapos antihigiénicos.