La dura realidad que se vive en nuestra sociedad
La necesidad económica, la ignorancia o muchas veces el abuso por parte de los propios padres, han provocado que en el Ecuador crezca el índice de menores que se involucran en las redes de tráfico de estupefacientes.
En Guayaquil, de cada diez niños recluidos en la DINAPEN, ocho han sido detenidos por tenencia de droga, durante operativos realizados en todo el país.
LA MADRE LO OBLIGÓ A VENDER DROGA
Este es el caso de Julio (nombre protegido) de 13 años, quien desde los diez, fue obligado por su madre a vender marihuana y cocaína.
Julio cuenta que su mamá, quien falleció hace un año producto del alcoholismo, lo mandaba a él y a sus cinco hermanos pequeños, a vender la droga que un colombiano le llevaba.
Para que sus hermanos no tuvieran que salir a las calles a vender droga, Julio decidió abandonar sus estudios y se dedicó a vender el estupefaciente, el cual envolvía en pequeños paquetes de plástico para camuflarlo.
Julio no sabía que la actividad que realizaba era ilícita hasta que fue detenido en uno de los operativos realizados en la urbe porteña.
LO HACEN POR NECESIDAD
Así como Julio hay cientos de menores que son inducidos por sus propios progenitores para dedicarse al tráfico y venta de drogas. Aunque también hay otros niños y adolescentes, que se ven en la obligación de hacerlo por necesidad.
Según los expertos, los verdaderos responsables de utilizar a menores de edad para traficar drogas, es la sociedad, pues hoy en día poco o nada se hace por atacar este mal, que se ha convertido en un secreto a voces.
NO PUEDEN DETENERLOS
Los menores son capturados y luego liberados por la misma ley. De acuerdo al Código de la Niñez y Adolescencia, los niños que no hayan cumplido los 12 años, no pueden ser aprehendidos.
La ley determina que sean entregados a sus padres o en caso de no tenerlos pasen a manos de la Dinapen. Este es el motivo por el que los menores siguen delinquiendo, pese a ser aprehendidos. (PD)