Las autoridades de Filipinas prosiguen con el recuento de víctimas mortales y afectados por las graves inundaciones que anegaron Manila y otras 15 provincias del norte del país, cuando el número de fallecidos ya asciende a 85 y los damnificados sobrepasan los 3 millones.
Mientras las aguas han remitido casi por completo en la capital, cuya área metropolitana llegó a estar inundada en un 60 por ciento, en varias provincias cercanas las riadas aún persisten debido al desbordamiento de varios embalses, informó el Centro Nacional de Prevención de Desastres.
Además de la persistencia del agua en algunas zonas, la principal preocupación de las autoridades es mantener las condiciones de higiene mínimas en los 948 centros de evacuación en los que se hacinan más de 430.000 personas que tuvieron que huir de sus casas.