La cifra de muertos asciende a 250 y hay más de 2.000 heridos, mientras que los hospitales están colapsados en Irán.
El día sábado será difícil de olvidar para los habitantes del noroeste de Irán, después de que la región fuera golpeada por un terremoto de magnitud 6,4 en la escala de Richter que ha provocado más de 250 muertos y 2.000 heridos. Y las cifras, adelantan fuentes oficiales seguirán aumentando.
La situación es dramática, y el incesante flujo de heridos ha provocado que los hospitales de la zona estén colapsados. “Vi a mucha gente que lo había perdido todo y a todos”, afirmó Tahir Sadati, un fotógrafo local. “La gente necesita ayuda, necesita ropa de abrigo, tiendas de campaña y comida”, añadió.
El mayor número de bajas y los peores daños se han registrado en las zonas rurales cercanas a las ciudades de Ahar, Varzaghan, Harees y Tabriz, muchas de ellas de difícil acceso por carretera. Según los medios locales, se han formado largas colas de heridos esperando a ser atendidos.
Afortunadamente, el terremoto fue de día, y mucha gente no estaba dentro de sus casas. Si hubiera sucedido de noche, el número de bajas hubiera sido mucho mayor.
Pueblos borrados del mapa
Según los datos del Servicio Geológico de Estados Unidos, como resultado del seísmo, al menos 12 pueblos han sido destruidos y otros sesenta han sido dañados en un 50%.
Además, según la información de los medios locales en las zonas afectadas no funciona ni las líneas telefónicas ni las conducciones de agua potable y electricidad.