Vie. Nov 22nd, 2024

De 10 denuncias, 8 son de abuso sexual 

La violencia que vive el país es alarmante. Nadie puede estar tranquilo ni en sus propios hogares, sin temor a ser víctimas de robo, violación e incluso asesinato por parte de desalmados. En la actualidad se ha incrementado de manera alarmante el delito por violación.

EL TEMOR HA CRECIDO

 Según las estadísticas en la fiscalía de la PJ, de cada diez mujeres que se acercan a poner una denuncia, ocho son por violación. El temor ha crecido por parte de niñas, niños, adolescentes, señoras e incluso ancianas que de una u otra manera han sido ultrajadas sexualmente por delincuentes que buscan saciar su sed de depravación sin importar que la víctima resulte ser una hermana, sobrina, conocida o peor su propia hija.

ABUSADA DESDE LOS 8

Una de las historias que se encuentran reposando en la Fiscalía, es la de Alejandra (nombre protegido), menor que a sus escasos 8 años fue violada en repetidas ocasiones por su cuñado, quien la mantenía callada bajo amenazas de muerte.

Según la denuncia realizada por la madre de la menor, ella desconocía lo que estaba pasando, pues su yerno, a quien consideraba como un hijo más, nunca dio muestras de ser un violador. «Yo dejaba a mi hija menor al cuidado de su hermana porque me iba a trabajar. El desgraciado aprovechaba, cuando mi hija mayor salía a comprar. Me di cuenta cuando un día llegué temprano porque me sentía mal. Al abrir la puerta encontré al maldito con los pantalones abajo y con un cuchillo tenía amenazada a mi hijita para que no grite. Cuando se dio cuenta de mi presencia salió corriendo y hasta la fecha no se sabe de él», dice la denuncia.

VIOLADA POR SU VECINO

Otro de los casos es el de Liliana, quien fue violada por su vecino en presencia de su propio esposo. Liliana cuenta que todo se dio cuando ella en compañía de su esposo regresaban de una fiesta.

«Esa noche, mi marido que ya estaba mareado se puso a tomar con unos amigos en la sala de nuestra casa. Llegó un tipo a quien le dicen ‘El peruano’, y me fui a dormir. Era de madrugada cuando siento que alguien me está besando. Pensé que era mi esposo. Cuando me desperté vi al tipo que estaba encima mío. Grité para llamar a mi marido, pero nunca escuchó, porque estaba borracho», precisa Liliana con dolor.

Así como Liliana y Alejandra son muchas las mujeres que se acercan a las dependencias de la PJ para contar su historia y lograr que la justicia tome cartas en el asunto.

En la mayoría de los casos no se logra la captura del agresor, porque las víctimas son amenazadas, o por vergüenza a ser tachadas por la sociedad, no denuncian el hecho. (PD)