Samuel Haro no pudo dormir tranquilo el domingo. Tras la accidentada tarea arbitral en el choque entre Liga y Macará en Ponciano, las aguas se volvieron turbias. Y no precisamente por el resultado, que reflejó un serio tropezón de la ‘U en su afán de luchar por el título nacional. Al escuálido empate ante el débil once ambateño se sumó la expulsión de Claudio Bieler, el goleador del campeonato, por consejo del cuarto árbitro, Roberto Alman, que ‘vía satélite’ y con una percepción auditiva interplanetaria, escuchó los insultos que profería el artillero argentino desde la banca de suplentes. Haro que realizó un arbitraje ‘normal’, se ‘comió el garrón’ que le extendió en bandeja de plata, el hijo del actual preparador físico del Deportivo Quito y batió la roja con extrema urgencia, decapitando al ‘Taca’ , al que se le suspendería esta noche por dos fechas.
NOCHE DE TERROR
Samuel Haro amaneció asustado este lunes. Atendió a la prensa radial con urgencia para denunciar la amenaza de muerte que recibió en las horas posteriores al partido. Nadie sabe de donde viene la mano, pero el ‘hombre del pito’ señala que tiene registrados los números de los teléfonos desde donde llegaron las llamadas intimidatorias. Este es un hecho a investigar y Haro ayer acudió presuroso ante las autoridades policiales y judiciales para notificar el hecho, que según sostiene el referí, tiene completamente aterrada a toda su familia. Obviamente, apunta a que la expulsión de Bieler, es el detonante y sin enfatizar, dejó entrever, que alguien con vinculación a Liga, apuntando al lado de la tribuna -un hincha-, sería el potencial culpable de las amenazas a través de la red telefónica.
Son sus deducciones, que entendemos precipitadas y apretadas por la inmensa presión que en estos momentos siente.
El incidente obliga a enfocar un análisis profundo. Hay mucha tela para cortar en este engorroso tema.
EL PODER DE LA INEFICACIA
La tortuga de la ineptitud se escapó con enorme facilidad en varios estamentos. La primera y más grave, a la Comisión Nacional de Arbitraje, que preside el ingeniero Iván Romero, de inocultable afinidad con LDU desde hace muchísimos años. Nadie entiende, como el organismo que controla el referato no tuvo la sensibilidad para apartar del partido a Roberto Alman, que es vástago de Dufer, que cumple funciones profesionales en el equipo azulgrana, directamente implicado en la lucha por el campeonato con LDU, y que aparte será en la próxima fecha su rival, en la definición del ganador de la llave 1.
Que se entienda bien. No estoy precisando que Alman hijo, premeditadamente provocó la expulsión de Bieler para favorecer al Quito. Sería imprudente e injusto, porque no tengo ninguna prueba. Eso desde mi esfera, que debe ser manejada desde la objetividad. Pero ese es un tema que la tribuna alba no entiende y abre una enorme ventana para las conjeturas.
Indiscutiblemente, son demasiadas las coincidencias. Pero antes que los Alman -padre e hijo-, la Comisión estaba en la obligación de evitar semejante despelote, que impida que cada uno patee la pelota del descrédito para cualquier ángulo.
LA POBRE Y TRISTE FEF
Esta es una prueba fehaciente, otra más, que en el plano dirigencial, seguimos en pañales. Que la FEF es un modelo de desbarajuste, improvisación, desorganización, carencia de inteligencia y probidad. Si es en cambio, un nido incomparable, en el que se cocinan y defienden a capa y espada los más caros intereses personales.
Es una pena, que a una dirigencia prolija, sana, seria, luchadora, vanguardista y eficaz, como la de Liga se le haya escurrido como salmón entre las manos un detalle – nominación de Roberto Alman- de esta naturaleza, que encerraba de antemano un mundo de suposiciones y suspicacias.
Está visto que el torneo es una farsa. No por los resultados, que se entienda. Es un sainete pobre y maléfico por el sistema: confuso, insensato, injusto y anticuado. Dan ganas de llorar.
Por: Raúl Cruz Molina