Nadie puede frenar al Deportivo Cuenca. Los pupilos del humilde técnico Paúl Vélez, lograron su cuarto triunfo de manera consecutiva en la liguilla. Están a un paso de disputar la final.
Los jugadores ‘morlacos’ en el campo de juego, solo tienen cabeza para ganar. Se olvidan de la grave crisis que vive la institución. Pese a que siguen impagos de varias quincenas, demuestran su gran profesionalismo en la cancha. Disputan el balón como si fuera el último. Tienen ‘garra y corazón’. La suerte está de su lado.
Saborean el triunfo en cualquier estadio. El primer golpe lo dio en el inicio de la liguilla. Derrotó a Emelec en la ‘Caldera’ (0-1). Luego venció a Olmedo (2-1) y a Éspoli (0-1).
El domingo pasado en ‘La Cocha’, en la jornada de revanchas, le propinó otra estocada al plantel policial. El atacante argentino Ismael Villalba, le dio tres nuevos puntos que colocan al ‘Expreso’ en la cima del Grupo 2, con una campaña perfecta en esta etapa. Suman 12 puntos. Un triunfo ante Olmedo el fin de semana, le daría el boleto directo a la Copa Libertadores y disputaría la final del campeonato nacional ante el ganador del Grupo 1, que podrían ser Deportivo Quito o Liga.
La plantilla azuaya, tras la salida del estratega argentino Guillermo Duró antes de la finalización de la segunda etapa, se ha superado sin problemas de la mano del ‘bombero’ Paúl Vélez, quien trabaja en silencio y tiene a su equipo en los más alto del certamen. Un obrero que se pone el overol y conoce el fútbol ecuatoriano como la palma de su mano. Tiene la varita mágica para dar el batacazo en cualquier cancha, pese a los inconvenientes financieros que vive el club.
La directiva y la hinchada deben estar orgullosos de tener a este equipo de obreros. El respaldo en los próximos cotejos será fundamental.
