Vie. Nov 22nd, 2024

Delincuentes fugaron sin llevarse el botín

 

«Mátame si puedes, igual no te daré nada», habrían sido las últimas palabras de José Luis Arteaga (28), quien fue victimado por tres sujetos que le dispararon por no dejarse robar.

El hecho se dio la noche del último martes a las 23h30, cuando Arteaga salía en compañía de su esposa, tras un bautizo en el Guasmo Sur, donde había sido el padrino.

La pareja se dirigía a la calle principal para coger un taxi que los llevara a su casa, cuando de repente tres antisociales se les acercaron con un arma, e intentaron quitarles los celulares y dinero.

«Dame todo lo que traigas», habría dicho uno de los maleantes, quien al ver la negativa de Arteaga a entregarle sus pertenencias le disparó a la altura del tórax.

Al ver que los curiosos que andaban por el sector empezaron a gritar, los delincuentes huyeron sin las pertenencias de la pareja.

DISPARO LO MATÓ

Arteaga gravemente herido fue llevado a la Clínica Alcívar, donde los médicos hicieron lo posible por detener la hemorragia interna que se le había producido, pero fue inútil, porque a los pocos minutos falleció.

«ERA UN BUEN CHICO»

Ángel Arteaga, padre del occiso, manifestó que su hijo era un buen chico. «Mi hijo nunca tuvo problemas con nadie. Sólo se dedicaba a trabajar, porque recién se hizo de compromiso y quería comprar de a poco sus cosas, alquilar una casa e irse a vivir con su mujer», declaró el desconsolado padre que exige justicia para su hijo.

Arteaga vivía en el Guasmo Central junto a sus padres y esposa y era electricista de profesión. No tenía hijos.

EL GUASMO: UNA ZONA DE MUERTE

Según los reportes policiales, en quince días se han presentado seis asesinatos en el Guasmo. Este alto índice es alarmante por lo que las autoridades están poniendo más énfasis a la vigilancia en esta zona a pedido de los moradores de los Guasmos Sur, Norte y Central, quienes reclaman la presencia de la Policía para que pongan orden en el lugar y así sentirse seguros de salir de sus casas sin temor a ser víctimas de los delincuentes.

 

Por: Patricia Díaz