Auca encara mañana a las 12h00 en su reducto de la Caldera del Sur, el partido más trascendente de su estropeada historia. Con el ‘fantasma del descenso’ pisándole las talones, sale al campo de Chillogallo en busca de una goleada, que obligadamente debe combinarse con la derrota del Rocafuerte, el otro implicado en ese infierno macabro. Los ‘cementeros’ visitan en horario simultáneo el estadio ‘Las Chonanas’ y para el efecto y sin ningún descuido, solicitaron a la graciosa e inefable FEF, la presencia de un veedor especial, que garantice el normal desenvolvimiento y el resultado real del encuentro.
Aucas hace uso de su amuleto de suerte. Retornó a la banca el técnico Carlos Morales, un hombre vinculado profundamente con el club, que reiteradamente es astutamente utilizado por los dirigentes, como el ‘bombero milagroso’ que apaga los incendios en los momentos más dramáticos. Ya lo hizo la temporada anterior, rescatando a los orientales de una situación complicada, pero no tan dramática, como la que debe encarar mañana en La Caldera. Está visto que todos ruegan para que se produzca un auténtico milagro. Esa es la cruda realidad. Primero, le va a costar un sacrificio inmenso vapulear al Atlético Audaz, propinándole una boleta de cuatro goles y segundo, en el punto más importante de este doloroso tema, aguardar por la derrota del Rocafuerte, aunque sea por la mínima diferencia. El cumplimiento de los dos temas es complicado. Con una delantera endeble, sin jugadores con oficio para el gol, nadie sabe, quién será capaz, de la noche a la mañana, de recibir de la divina providencia, la bendición para depositar semejante cantidad de goles (4) en la red ‘machaleña’. El plantel está golpeado anímicamente. Las absurdas acusaciones del vicepresidente, coronel Edgar Salinas, tras la espantosa goleda recibida en Loja, levantaron un aire de discordia. La cruel afirmación de ‘vendidos’, lastimó el honor y la dignidad de los jugadores, que deberían apelar a la justicia para lavar semejante afrenta. Fue un desliz verbal demasiado grave, para dejarlo en el olvido, como producto de un momento de rabia. Disparates al margen, la hinchada, en una nueva muestra de solidaridad, anuncia una presencia masiva mañana en Chillogallo. El estadio estará teñido de amarillo, para acompañar la última esperanza de un equipo que está en el fango por los manejos desquiciados de los bofos dirigentes.
Desde ya ruegan a todos los santos para que fabriquen el milagro. Será una tarde de agonía, de profundo drama, que amenaza con terminar en una jornada de llanto y desilusión. La hinchada implora al unísono a los Dioses del Fútbol. ¡Mil Bendiciones..!
Por:Raúl Cruz Molina