¿Está su hijo en constante movimiento, habla incesantemente o tiene problemas para concentrarse?
Si su respuesta es afirmativa, su hijo podría tener el trastorno de déficit de atención e hiperactividad o TDAH. El Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos indica que la evidencia científica ha demostrado que el TDAH tiene una fuerte base neurobiológica y agrega que, aunque no se han identificado las causas exactas, la genética posiblemente contribuye fuertemente a la manifestación del trastorno en la población.
Así mismo, menciona que la evidencia científica no respalda las opiniones populares de que el TDAH es consecuencia de ver demasiada televisión, un mal control del niño por parte de los padres, factores ambientales y sociales como la pobreza o el caos familiar o de un consumo excesivo de azúcar o de aditivos alimentarios.
Los síntomas pueden ser:
Distraerse fácilmente y olvidar las cosas.Cambiar rápidamente de una actividad a otra. Tener problemas para seguir instrucciones. Tener problemas para terminar cosas como la tarea. Perder juguetes, libros y útiles escolares con frecuencia. Estar muy inquietos y retorcerse mucho. Hablar sin parar e interrumpir a las personas. Tocar y jugar con todo lo que ven.