5 jun (EFE).- La selección italiana de fútbol aterrizó hoy en la localidad polaca de Cracovia a lo grande, con el apoyo de 10.000 espectadores que llenaron el estadio Municipal de Pilsudski, y con la necesidad de olvidar cuanto antes todos los escándalos que rodean a la concentración transalpina.
Puntuales, a las 17:30 de la tarde, los italianos llegaron a la ciudad que será su lugar de trabajo durante toda la Eurocopa. La expedición «azzurra», comandada por el técnico Cesare Prandelli, necesita aligerar tensiones. El caso de los amaños en la Liga italiana ha dejado tocada a una selección que el domingo tiene que afrontar el choque más difícil posible, ante España, flamante campeona del mundo.
La mejor forma de darse un respiro llegó en la primera sesión de trabajo en tierras polacas. Fue un baño de masas. En Polonia, el fútbol gusta. Y si es de primera, de la más alta calidad, mejor. Por eso, la llegada de Italia ha sido todo un acontecimiento en la ciudad y hacia el estadio Municipal de Pilsudski se dirigieron 10.000 espectadores.
No dejaron ni un hueco vacío, ni un asiento a la vista. Todo repleto. Todos pendientes de Italia. Cualquier gesto de los jugadores era motivo para aplaudir. Una simple carrera por uno de los fondos servía para poner de pie a casi 2.000 personas, que también coreaban el nombre de sus ídolos.
Los jugadores lo agradecieron. Por fin apareció una sonrisa en el rostro de algunos. La tensión parecía haberse apoderado en los últimos días y hoy por fin hubo un tiempo para coger aire. Italia está viva. Nunca hay que descartarla en un gran campeonato. Y eso parece que lo saben en Cracovia, que hoy se ha volcado con el equipo de Prandelli. EFE