Río de Janeiro se enfrenta hoy, en igualdad de condiciones a tres ciudades del primer mundo: Madrid, Tokio y Chicago, por la sede de los Juegos Olímpicos de 2016.
Despues, que en 115 años de historia, el Comité Olímpico Internacional (COI) no haya concedido nunca los Juegos ni a Sudamérica ni a África, Brasil se presenta como una opción fiable, solvente y profesional para cubrir una de esas lagunas. Su victoria no sería sorpresa.
LUCHAN POR CONVENCER
La candidatura de Río quiere convencer al COI, de que ha llegado su momento. Está en Copenhague (Dinamarca), sede de la elección, con todas sus cartas.
El presidente de Brasil, Luis Ignacio Lula da Silva, encabeza la delegación y afirmó en conferencia de prensa que lucharán “con uñas y dientes” por ganar. “Río está preparado en cuerpo y alma para hacer los Juegos”, añadió.
La candidatura ha sabido conjugar el componente emocional de reclamar los Juegos para un país en desarrollo con la profesionalidad técnica de un proyecto bien elaborado, basado en las instalaciones heredadas de los Panamericanos de 2007 y en las que se levantarán para el Mundial de Fútbol de 2014.
SIETE ZONAS DEPORTIVAS
Aunque su mapa de competiciones no es tan concentrado como el de sus rivales, con siete zonas deportivas, lo es en la medida en que lo permite su accidentada y hermosa geografía.
Copacabana acogería disciplinas como piragüismo, remo, maratón, voley playa o vela. La Región de la Barra tendría los deportes acuáticos, la gimnasia o el baloncesto. Según la candidatura, más de la mitad de las instalaciones para los Juegos ya existen y más del 20 por ciento restante serán construídas, se obtengan o no los Juegos. El ‘Maracaná’ también sería olímpico.
En cuanto a infraestructuras generales, Río es la ciudad que más tendría que invertir, 11.000 millones de dólares , para cubrir las necesidades de los Juegos. Pero la cita olímpica sería una excusa perfecta para acometer a corto plazo, reformas que de otro modo se prolongarían en el tiempo.
Es la tercera vez que Río de Janeiro pide los Juegos, pero la primera en que llega a la elección final. No superó el corte para 2004 ni para 2012.