Vie. Nov 22nd, 2024

14 mar (EFE).- Las tormentas solares arrecian este año y un investigador y compositor de la Universidad de Michigan ha ideado un método para estudiarlas de manera distinta: versiones sónicas y aceleradas de los destellos y el embate de las ondas de plasma.

La Universidad de Michigan (UM) informó hoy sobre la creación de Robert Alexander, un alumno de doctorado en ciencia del diseño que trabaja con una beca de la agencia espacial estadounidense NASA estudiando cómo la representación de la información en forma de sonido puede ayudar en la investigación de datos.

Para este proyecto, Alexander empleó los datos del instrumento Espectrómetro de Plasma con Imagen Rápida de la UM instalado en la sonda espacial Messenger de la NASA que orbita a Mercurio, y del Observatorio Solar y Heliosférico de la NASA, que se encuentra a aproximadamente 1,6 millones de kilómetros de la Tierra.

En la representación de los datos como sonido, Alexander empezó transcribiendo unas 90 horas de información básica a un formato de frecuencias de audio.

Pero en su tasa original de 44.100 hercios se reproduce en menos de un cuarto de segundo. Ése es uno de los beneficios de la «sonificación» de los datos: se puede revisar en un instante la información correspondiente a varios días.

Para que tenga sentido, explicó la UM, Alexander tuvo que someter el material a algoritmos adicionales hasta encontrar la velocidad de reproducción adecuada.

«Este método cambia la escala de tiempo para nosotros», dijo Jim Raines, un ingeniero de operaciones de la misión en el Laboratorio de Investigación de Física Espacial de la UM. «Es realmente interesante escucharlo», añadió.

La «sonificación» es el proceso que traduce la información en sonidos. Se usa en los detectores Geiger de radiación, que emiten crujidos en la presencia de partículas de alta energía.

No se usa, normalmente, para recoger patrones en la información, pero los científicos en el Grupo de Investigación Solar y Heliosférica de la UM exploran su potencial en este terreno. Y esperan que Alexander lo haga posible.

«Robert nos proporciona otra herramienta para la investigación», dijo Raines. «Estamos acostumbrados a mirar gráficas con líneas que suben y bajan, pero los humanos son muy buenos para escuchar las cosas también. Nos preguntamos si habrá manera de encontrar cosas en los datos que son difíciles de ver», añadió.

Alexander ha estado desarrollando esta técnica por varios años. En el 2011, su método llevó a un descubrimiento: ocurre que una proporción particular de átomos de carbono, a la que los científicos antes no habían prestado atención, puede revelar más acerca de la fuente del viento solar que las proporciones de elementos en las cuales ellos ahora centran sus observaciones.

El viento solar es la ola de plasma caliente, o partículas cargadas, que emana constantemente del Sol.

Con su técnica, Alexander espera construir un puente entre la ciencia y el arte.

«Durante un tiempo las películas eran mudas y el público aceptaba que las cosas fueran así», dijo. «Tenemos todo ese material de alta resolución acerca de lo que ocurre en la superficie del Sol, y es silencioso. Yo estoy creando una banda de sonido», explicó. EFE